POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
La ilusión de muchos de los vecinos de mi pueblo era desbordante por tener una vivienda nueva y propia pero, la realidad de la economía del Ayuntamiento y de los ciudadanos era bien distinta.
Por tal motivo, el anciano Alcalde del Ayuntamiento Gumersindo Cascales Carrillo, reunió a los componentes de la Corporación Municipal, en sesión ordinaria de día 1º de diciembre de 1942, para exponerles cual era la tramitación para la construcción de un grupo de viviendas protegidas y cuál era su costo.
Sin más dilación y con semblante serio, les comunica que aunque le había puesto gran ilusión a dicho proyecto de construcción de viviendas pequeñas y nuevas, les anuncia la irrevocable decisión de desistir de la construcción de dichas viviendas; debido a la imposibilidad de hacerle frente a tan elevado coste económico.
Las razones, que comparte con el arquitecto en una misiva del día 3 de octubre, hacen que, el Alcalde dirija una carta al Director General del Instituto Nacional de la Vivienda, incluyéndole certificado de este acuerdo y exponiendo la precaria situación económica de la Corporación Municipal, para poder atender a tan elevados gastos, a los que ha llegado dicho proyecto, dada la carestía de los materiales de construcción y los salarios de los constructores y demás operarios.