POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
De reflexionar hoy, lo haría en voz alta para no engañarme; como buen géminis, ejercitaría el soliloquio con mi otro yo. Así Segismundo, el de “La vida es sueño”, y Hamlet (nacidos ambos a primeros de junio), en la dichosa escena 1ª, acto 3º, habla también de sus sueños, con su mismidad, ser o no ser, el torbellino de la vida o la muerte. “Hablo solo, doctor, ¿será malo? -Hablar solo no es indicio de trastorno. -Me cuento chistes a mí mismo. -Tampoco es locura, salvo que los festejes y te rías porque te resulte nuevo; en ese caso háblalo contigo, busca un horario en que a los dos os venga bien y venid a verme”. Mi profesora de Filosofía en Preu aseguraba que reflexionar era antinatural, cosa de depravados; en cambio, un senegalés que trabaja de negro para mí, me dice que cuando están en la nasa comienzan los peces a reflexionar. Total: reflexionaré el lunes.
Fuente: http://www.lne.es/