POR MANUEL GONZÁLEZ RAMÍREZ, CRONISTA DE ZACATECAS (MÉXICO)
El 3 de diciembre, Día Internacional de Personas con Capacidades Diferentes, hablemos de una #zacatecana ilustre y muy poco conocida. Con mucho orgullo y emoción recordamos a una mujer indígena que nació en el mineral de #Fresnillo, a principios del siglo XVIII: Salvadora de los Santos. Desde su infancia fue paralítica. No podía mover sus piernas. Y aún así dedicó su infancia al cuidado de las pocas ovejas que tenían sus padres. Luego, fue donada a un convento de Carmelitas de Querétaro, al que sirvió por casi tres décadas.
A pesar de sus limitaciones físicas, hacía diferentes labores en el convento y se iba a recorrer poblaciones y rancherías para pedir limosna para la manutención del convento. Y siempre aprovechó esas correrías para visitar enfermos. Murió víctima de una epidemia de viruela, el 25 de agosto de 1762, a los 61 años de edad. Hace exactamente 262 años.Importancia histórica de Salvadora de los Santos:
Tras su fallecimiento, el padre jesuita Antonio de Paredes escribió un libro de la vida de esa mujer que murió en olor de santidad. Las parcialidades de Tlatelolco y Tenochitlan en la ciudad de México financiaron la publicación de la biografía de esta mujer indígena otomí, quien tenía fama de santa: la Vida exemplar de la hermana Salvadora de los Santos. En la primera frase del prólogo escrito por los dos gobernadores indígenas, se proclamaba que el propósito de la publicación era tener un texto escolar de lectura para los alumnos en las 13 escuelas y 9 migas de las parcialidades.
Tiene el objeto recomendable de proveer las Escuelas y Migas donde nuestros hijos son educados, de una especie de cartilla en que enseñándose a leer, aprendan al mismo tiempo a imitar las virtudes cristianas por una persona de su misma calidad. El libro fue publicado originalmente por el jesuita Antonio de Paredes en 1763, un año después de la muerte de Salvadora de los Santos.
Los gobernadores indios decidieron imprimirlo en 1784 para que sirviera como libro de texto en las escuelas. Relataba la vida de una india nacida en Fresnillo, #Zacatecas, que creció cerca de Querétaro. Ahí conoció a un grupo de beatas carmelitas y se unió a ellas durante 26 años, como ayudante en la vivienda y limosnera. Viajaba por el Bajío en busca de donaciones y en los recorridos encontraba gente buena y egoísta, santa y malvada, pero siempre les trató con bondad y consejos religiosos. Renombrada en la región por su abnegación, curaciones médicas para los enfermos, alegre canto y apariencia singular, el jesuita quiso conservar su memoria entre la población. Al utilizar la obra en las escuelas, los gobernantes indígenas.
Esta obra es considerada como el primer libro de texto de distribución gratuita en la Nueva España, y el primer antecedente para la labor de la actual Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos en México.
Imagen ilustrativa de Salvadora de los Santos en las vísperas de su muerte. Ya estaba muy grave y era asistida por las religiosas del Beaterio de las Carmelitas, al que sirvió por 26 años.