POR PEPE MONTESERIN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Uno de los símbolos de San Petersburgo son las rejas de hierro fundido, las de la iglesia de la Sangre Derramada, del Jardín de Verano, del Hermitage…, rejas y rosales.
Las rejas son un elemento arquitectónico que separa pero también une; muchos cortejos se forjaron con rejas por el medio.
La actual restauración del antepecho y la rejería de la antigua Diputación evocan mi encuentro en Besullo con Luis Rodríguez, sobrino de Alejandro Casona, y su esposa Blanca Esther Lorenzana; el padre y el abuelo, Julio Lorenzana y Julián, de Villamañán, León, tuvieron fragua en Pérez de la Sala, 43, y, antes de la guerra, en la calle García Lorca (antes Calvo Sotelo, antes Sanjurjo, antes Bonifacio Martín, antes Röel…), donde fabricaron las rejas de la Cámara Santa y de la Diputación.
Supongo que en primavera volverán a florecer las rejas para que los diputados se acerquen a ellas y escuchen la voz del pueblo.
Fuente: http://www.lne.es/blogs/la-mar-de-oviedo/rejas-que-unen.html