POR MARÍA TERESA MURCIA CANO, CRONISTA OFICIAL DE FRAILES (JAÉN).
La fundación de la Abadía de Alcalá la Real, que tuvo una larga vida de cinco siglos, de 1341 a 1851, se debió al genio político del rey Alfonso XI, conquistador de la imponente población fortificada de Alcalá de Benzayde, que él mandó llamasen Alcalá la Real 1.
Eglesias mandó fazer e muy grandes collaciones 2. Indudablemente debió ser asesorado el rey por su canciller, amigo y fiel acompañante en sus empresas guerreras, el arzobispo de Toledo don Gil de Albornoz 3 al crear y organizar esta Abadía secular Nullius sed propia Diócesis y de patronato Real. Independiente de otra cualquier jurisdicción, con territorio separado y formado por las poblaciones y términos de Alcalá la Real, Priego, Carcabuey y Castillo de Locubín (750 kilómetros cuadrados aproximadamente), conquistados por el mismo rey en la llamada Gesta de Alcalá, que transcurre del otoño de 1340 al verano de 1341
Los abades nombrados por la corona pertenecen a la categoría de los llamados mayores, porque ejercen la misma autoridad que los obispos en su diócesis, con las solas limitaciones de no poder celebrar los sacramentos del Orden y Confirmación. Pero podían dar dimisorias, cartas, a sus súbditos para ser ordenados por los obispos a quienes se dirigían. También podían traer obispos sin jurisdicción, como los nombrados para países gobernados fuera de la cristiandad, in partibus infidelium, para impartir las confirmaciones. Su jurisdicción era, pues, verdaderamente episcopal, vel quasi como se decía con esta alocución reminiscencia de tiempos pasados quería decir proveída canónicamente. Y por tanto usaban insignias pontificales: anillo, báculo, mitra, ínfulas, etc.
El nombramiento de los abades dependía solamente de la Corona, sin necesidad de bula pontificia; aunque la colación, o concesión canónica del beneficio, debía ser hecha por autoridad religiosa competente que, en el caso alcalaíno correspondía al obispo de Jaén. Lo podemos comprobar en las cartas o cédulas reales de presentación o nombramiento de los abades.
Copiamos a continuación parte de la del primero nombrado por los Reyes Católicos, don Alonso de Burgos, en la que se ve muy clara esta relación.
Archivo General de Simancas. Registro General del Sello. XII-1480
Que provean la Abadía de Alcalá la Real al obispo de Córdoba. 22 de diciembre de 1480. Medina del Campo. La Reina.
[La carta firmada solo por Isabel por estar Fernando ausente en Aragón, consta de la intitulación completa de ambos reinos y señoríos, tal y como se había acordado al heredar Fernando la corona de Aragón por muerte de su padre (19. I. 1479), aunque aquí prescindimos de ella].
Doña Isabel … Por quanto nos es fecha relación que la Abadía de Alcalá la Real es vaca por fin e muerte de [en blanco] de Padilla último poseedor de ella. E porque a mí, como a reina y señora de estos reinos, e patrona de la dicha iglesia pertenesce presentar e nombrar persona idónea e suficiente para que haya la dicha Abadía e de ella sea proveído, e conociendo la mucha idoneidad e suficiencia e pura e limpia conciencia de vos el reverendo yn Cristo padre don Alfonso de Burgos, obispo de Córdoba, my confesor e my capellán mayor e del mi Consejo, por la presente vos presento a la dicha Abadía, para que de ella seais proveído canónicamente e para que podader levar e levedes todas las rentas, réditos e provechos emolumentos a la dicha Abadía pertenecientes e podades usar e usedes de toda la jurisdicción e derechos a ella anexos debidos e pertenescientes en qualesquier manera.
E vos sean guardadas todas las prerrogativas, honras e preeminencias e todas las otras cosas que al dicho [en blanco] de Padilla abad, e a los otros abades que fueron antes de él le fueron guardadas. E mando que en todo, y por todo, vos sea recudido e guardado plenamente todo lo que a los dichos abades e a cada uno de ellos, en su tiempo, fue recudido e guardado. En guisa que vos non mengue cosa alguna. E ruego e requiero al reverendo en Cristo padre obispo de Jahén mí oydor e del mí Consejo, a quién pertenesce la institución, colación e provisión de la dicha Abadía, que admita esta mí presentación. E por virtud de ella faga a vos, el dicho reverendo en Cristo padre obispo de Córdoba, institución e colación e canónica provisión de la dicha Abadía, e no a otra persona alguna, para que la ayudes e tengades perpetuamente según que los otros abades que antes fueron proveidos la tovieron e poseyeron …
Vemos pues que la relación de la Abadía de Alcalá con la diócesis de Jaén se reduce sólo a la provisión canónica del beneficio, a su colación. Y no da derecho a los obispos giennenses a inmiscuirse en los asuntos de la Abadía, como ocurrió en algunas ocasiones dando lugar a enfrentamientos y pleitos, alguno de ellos tan sonado como el sostenido por el último de los abades nombrado por los Reyes Católicos, don Juan de Ávila, con el obispo de Jaén, cardenal don Esteban Gabriel Merino, en la Real Chancillería de Granada, por haber visitado por fuerza éste la Abadía en ausencia del abad, el año 1524.
Los cuarenta y dos testigos presentados por don Juan de Ávila frente a solo cuatro de don Esteban Gabriel juraron que nunca el obispo de Jaén, ni cualquier otro obispo visitó la persona del abad, porque es esempto y está sugeto inmediatamente al Papa.
El pontífice, por ser jefe supremo de la Iglesia, y el monarca español, como fundador del Patronato Real son pues las únicas autoridades superiores que tenía el abad alcalaíno
- Palabras de Pedro I en los documentos 15 y 16 de La Colección Diplomática de Alcalá la Real. Fechados en Valladolid el 2 de octubre de 1351. Publicados por JUAN LOVERA, Carmen. Alcalá la Real 1988.
- C. 1976 del Poema del Alfonso XI. Crónica Rimada.
- Del interés de don Gil de Albornoz por Alcalá la Real es prueba que el escudo de ésta ciudad figure al lado del de Cuenca, ciudad natal de Albornoz, en la ornamentación heráldica del Colegio Español de Bolonia. Magna y perdurable creación de don Gil.