POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Es pleonasmo el uso de vocablos innecesarios para el recto sentido de la expresión; se emplea en retórica cuando da gracia y vigor, pero enoja la repetición descuidada: “Subimos arriba / ambos dos / pero sin embargo / entré adentro / lo vi con mis ojos / luego a continuación / aterido de frío / hueco por dentro / mendrugo de pan…”. El juez Miguel Ángel Carbajal, en sentencia sobre el abstruso proceso del malhadado Calatrava y en reproche a altos funcionarios escribe: “cuando está en juego el erario público”. ¿Es que hay erario privado? La economía es importante en la administración de nuestros bienes, incluido el lenguaje, y más cuando sabemos que una línea escrita, una sola línea, basta para procesar a un inocente. Esta crisis de todo y de valores (no lo digo por el juez sino por la delincuencia) empobrece nuestro erario, del que forma parte el idioma. ¡No se repita!
Fuente: http://www.lne.es/