EL LEGADO DE SUS OBRAS FORMAN PARTE DEL CONOCIMIENTO DE GUADALAJARA, COMO RECUERDA EL CRONISTA OFICIAL DE LA PROVINCIA DE GUADALAJARA, ANTONIO HERRERA CASADO
Dª María Diega Demaisières y Sevillano, López de Dicastillo y Sevillano, Condesa de la Vega del Pozo, Duquesa de Sevillano, Marquesa de los Llanos de Alguazas y Fuentes de Duero, Vizcondesa de Jorbalán y Grande de España. Todos estos títulos ostentaba quien fue una de las principales benefactoras de la ciudad de Guadalajara en el siglo XIX y que ahora, con motivo del centenario de su muerte (fue el 9 de marzo de 1916 en Burdeos, a los 63 años) la ciudad de Guadalajara quiere recordar, porque a pesar de que el legado de sus obras forman parte del conocimiento de Guadalajara (el Panteón, colegio Adoratrices, colegio Maristas o Poblado de Villaflores), como recuerda el cronista oficial de la provincia de Guadalajara, Antonio Herrera Casado, sigue siendo «la gran desconocida».
Un biografía sobre ella, que escribió el investigador Pablo Herce Montiel, y que fue editada en 1999 por la Institución Marqués de Santillana, ha vuelto ahora a reeditarse con apoyo de la Diputación y el Patronato de Cultura y ayer se presentaba en el colegio de Adoratrices (orden que precisamente fundó su tía, María Soledad Micaela) con interesante conferencia del propio Antonio Herrera Casado, que desvelaba muchos de los datos de la silenciosa y opaca vida de esa mujer que se recogen en el libro, «La duquesa de Sevillano y su obra social», que ya estaba agotado y ahora vuelve a ver la luz de imprenta.
«Es el mejor homenaje que se le puede hacer a uno de los personajes más insignes de la Guadalajara del siglo XIX», destacaba el alcalde, Antonio Román, en la presentación de la reedición de la obra, junto al presidente de la Diputación y la directora del colegio Niña María, Julia Vindel. Román destacó la «predilección por los más necesitados» que sentía María Diega Demaisières y recordó que fue proclamada Hija Adoptiva de la ciudad en 1888.
Del afecto de la ciudadanía de Guadalajara por su benefactora daba cuenta el cronista provincial, detallando como cientos de vecinos acudieron a su entierro, cuando en tren, y desde Francia, sus restos llegaron en marzo de 1916, a la estación del ferrocarril de Guadalajara, trasladados desde Francia, donde le sorprendió una muerte repentina por un posible infarto, para ser subidos, en manifestación solemne hasta el Panteón donde fueron depositados sus restos, momento histórico que se recoge con varias fotografías en el libro de Herce.
Herrera Casado también repasó la actitud misericordiosa de la Duquesa de Sevillano y animó a todos a acercarse a esta biografía y de los monumentos que llevan su huella, para conocer más de «una mujer excepcional», a la que Guadalajara debe «un recuerdo permanente y una admiración continua».
La presentación de la reedición de este libro es una de las actividades programadas por el Ayuntamiento para conmemorar el Centenario del fallecimiento de la Duquesa, que tienen todavía su continuidad con una última conferencia, el próximo miércoles, 25 de mayo a las 19:30, en la Sala Tragaluz, a cargo del historiador, Pedro José Pradillo, que lleva por título «Ricardo Velázquez Bosco, el arquitecto fiel».
También quedan todavía otras dos visitas temáticas, este sábado y al que viene, a las 17 de la tarde, para recorrer el legado monumental de María Diega Demaisières, a través del Panteón, la Fundación San Diego de Alcalá, la iglesia de Santa María Micaela y el colegio Maristas, que fue su residencia oficial.
También hay tres citas todavía para las actividades familiares, con talleres infantiles y visitas por los monumentos dedicadas a los más pequeños.
Y aunque no está programado desde Guadalajara, sino desde una Asociación Histórica de Vicálvaro, el 4 de junio, vendrán en excursión también un grupo de madrileños de esta localidad, pues María Diega Desmaisieres Sevillano, era descendiente por linea materna de una familia vicalvareña y ellos también quieren festejar el centenario de su muerte.
Fuente: http://www.guadaque.com/