POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA
Qué honradez la de Wenceslao al pretender que Caunedo fiche, cumpla un horario de trabajo y gane lo que cobra; quiere que se le oponga bien, le supervise, fiscalice, le ofrezca alternativas, denuncie cualquier desafuero, liviandad y arbitrariedad, le recuerde que gobierna para todos y lo saque de la horma, de ser necesario, en busca de una democracia eficaz. Wences procura que Caunedo represente además el rol del siervo en la Antigua Roma, encargado de pedir al eufórico César victorioso moderación con la soberbia y respeto a las costumbres. Caunedo, cada mañana, temprano, debería despertar al primer edil con un guasap: “Respice post te! Hominem te esse memento!”, o sea: “¡Mira dónde estoy yo, Wences del alma! No somos nada”, aunque gane 44.000 euros. Es admirable que nuestro regidor solicite a la oposición que se oponga. E inteligente: la resistencia del aire permite volar.
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