POR PEPE MONTESERÍN CORRALES, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
En el reciente ensayo de Asunción Herrera, “La conspiración de la ignorancia”, una reflexión sobre el progreso, cuando habla de avatares trae a Edith Wharton y “La solterona”; si de etnocentrismo evoca a Conrad y “El corazón de las tinieblas”; si determinismo recurre a Azorín y “La voluntad”, y a Simone de Bouvoir y “El segundo sexo”; con el antropocentrismo acude a Coetzee y “Elisabeth Costello”; en lo referente a la naturaleza humana saca a Mandeville y “La colmena rezongona”, y a Murasaki Shikubo y “La novela de Genji”; con su teoría del retroceso sustentable acude a Kazuo Ishiguro “Nunca me abandones”; ante la propuesta de un modelo de democracia, trae a Reginald Rose y “Doce hombres sin piedad”, y a Anatole France y “Los dioses tienen sed”…
Dice Herrera, cuán cierto, que las novelas ofrecen posibilidades deliberativas y son fuente de recursos morales. ¡Qué gran profesora de ética y de literatura!
Fuente: https://www.lne.es/blogs/la-mar-de-oviedo/retroceso-sustentable.html