POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
En Pravia me enteré, en las Jornadas Literarias de nuestra AEA, que la palabra inspiración está amortizada en el parnaso, que la obsolescencia ha alcanzado a las musas; los trovadores, los que frecuentan la gaya ciencia, ya no hablan de inspiración, ese impulso sobrenatural que Calíope y Erato comunicaban al creador, ese singular soplo, ese eficaz estímulo, esa retahíla de versos que, sin apenas esfuerzo, permitían rematar el poemita atascado. Atentos payadores se han enchufado al último grito: la revelación; la revelación como manifestación divina. Se habla de Dios, del brazo del Plasmador, que da las metáforas más hechas, prácticamente las estrofas resueltas y con el certificado de la Gloria, para que el antólogo las catalogue y el editor las publique de una puta vez. Diríase que este novísimo mester escribe la segunda parte de la Biblia en verso.
Fuente: http://www.lne.es/