ROBLEDILLO CELEBRA CON ÉXITO EL III DÍA DEL PAN EN SU HORNO COMUNITARIO
POR JESÚS MARÍA SANCHIDRIÁN GALLEGO, CRONISTA OFICIAL DE ÁVILA.
Robledillo ha celebrado con éxito el III Día del Pan en su horno comunitario de “pan cocer”, convirtiendo así en una fiesta la tradición ancestral de elaborar este alimento universal.
Y es que Robledillo, junto con Baterna, Villaviciosa y Solosancho, forman una singular “mancomunidad”, al decir del alcalde de esta última localidad, Jesús Martín, que es cabecera y ayuntamiento. Fue por un día epicentro festivo y símbolo de cómo las pequeñas comunidades rurales cubrían sus necesidades alimenticias más básicas.
La fiesta celebrada el sábado contó con la participación de un centenar de vecinos y público en general, comenzó a primera hora de la mañana con el encendido del horno comunal y, mientras este alcanzaba la temperatura adecuada para la cocción, los hacendados “horneros” y ayudantes, pudieron degustar chocolate con bizcochos y aguardiente.
Al mismo tiempo, con la masa ya preparada a base de harina, agua y una pizca de sal, esta se dispone para el hornado de panes y 140 bollos preñados. Simultáneamente, las mujeres frotan y remueven la masa a la que se añaden los ingredientes con los que se elaboran mantecados en el horno, y rosquillas y huesillos de santo que se fríen en grandes sartenes.
En estas faenas se implican una cuarentena de voluntarios, hombres y mujeres, contados entre los que preparan y encienden el horno, limpian y barren su interior antes de hornear, manosean y amasan la harina, fríen rosquillas y huesillos, disponen bandejas y mesas, pelan y cuecen y machacan las patatas de la comida, fríen los torreznos, llevan bandejas y disponen las mesas… Todo hecho de forma comunitaria.
Pasada la media mañana, los asistentes degustaron refrescos, pan y queso. Llegada la hora comer, todos los asistentes degustaron en la plaza un típico menú a base de patatas revolconas con torreznos. Ya por la tarde, se improvisaron partidas de bolos, un deporte popular que es todo un clásico de Robledillo, cuya originalidad radica en que gana quien tira todos los bolos menos uno. Las tiradas se hacen, no con una bola con agujeros, sino con una pieza cilíndrica, marro o borillo, similar al utilizado en el juego de la calva.
Por la tarde, el cronista oficial de Ávila, Jesús María Sanchidrián Gallego, hizo un relato de la fiesta y de la historia cultural de los hornos comunales y fabricación del pan en ellos, acompañado en ello de Clara Álvarez Camarero, quienes al alimón hicieron el discurso de tan singular celebración. Ya entrada la tarde, el público asistente disfrutó con una merienda de bollos preñados, mantecados y huesillos. La cena fue a base de migas, panceta, pan y agua, cerrándose la fiesta con música tradicional en la plaza y un concurso de pasodobles.
