POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
A veces nos preguntamos por qué varan las ballenas y supongo que sean casi las mismas razones por las que vemos muertas en nuestras orillas otras especies menos llamativas: porque pierden su fuerza al ingerir alimentos en mal estado u objetos indigeribles; por fracturas al chocar con embarcaciones; por daños en el sistema auditivo, fundamental para su navegación, a causa de explosiones submarinas; al perseguir presas y acercarse demasiado a un arenal, o al huir de una orca que la persigue; después de parir, suelen hacerlo en estuarios de mareas vivas y no pueden volver mar adentro… O encallan por despiste, como a veces les ocurre a los barcos mal gobernados. Ahora sólo falta inspeccionar el estómago del rorcual varado en El Figo, Tapia; veremos qué lleva dentro, si a Jonás, al capitán Ahab, algún arponero de Luarca o, me temo, parte de los cinco mil millones de toneladas de plásticos que vertimos al mar.
Fuente: https://www.lne.es/