POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Ayer, ¡qué gran día el de ayer! , el grupo GASTRONOMÍA DE LA AMISTAD celebró su «comida mensual NÚMERO CIEN» en su «sede habitual» el HOTEL CRISTINA de Noreña. Solamente asistimos ¡¡¡160!!! comensales para, en ambiente de grupo fraterno, disfrutar de un excelente y sencillo menú muy de primavera y muy bien elaborado y servido.
Y allí, entre plato y plato, hablando del tiempo, de pájaros de flores y hasta de política (¡qué horror y qué gracia de apuestas!) «me se » insinuó que comentara algo sobre San Antonio de Padua, ese «santo italiano» abogado ante las cosas perdidas, novios o novias incluídos, pues está cercana su fiesta.
Primera sorpresa de mi interlocutor al enterarse de que San Antonio no era paduano (y, por tanto, italiano) sino LISBOETA y , en consecuencia , portugués.
¡Caray! , me dijo, pues mi madre siempre, cuando perdía alguna cosa, le rezaba una oración que empezaba así:
«San Antonio de Padua, / que en Padua naciste,
y en Portugal «deprendiste / lletres para pedricar…»
.- Error grande, le comenté. Tan grande como otra de las oraciones al Santo que en clara «herejía» comienza de este modo:
«Glorioso y DIVINO Antonio
suplícale a Dios inmenso…»
Está claro que Dios bien puede ser INMENSO, pero tan claro es que un santo NUNCA PUEDE SER DIVINO pues ese adjetivo unicamente es aplicable a DIOS.
Bueno, pues empecemos contando la verdad «de la buena».
El «nombre de pila» de nuestro Santo fue FERNANDO DE BULLOES Y TAVEIRA DE AZEVEDO y con él cursó sus estudios sacerdotales en Coimbra en cuya catedral alcanzó la dignidad eclesial de canónigo. Tras una serie de avatares «misionales» conoce en Italia a San Francisco de Asís y bajo su influencia y consejo ingresa en la Orden Franciscana tomando, en ese momento, el nombre de ANTONIO.- Fue canonizado en 1232 por el Papa Gregorio IX y nombrado Doctor de la Iglesia en 1946 por el PapaPío XII.- Su fiesta es el 13 de junio y ya estamos en los día de novena que la preceden.
Vayamos ahora a lo nuestro «de todos los días»; es decir, «a la recetina».
Hablaremos de ROSCOS O ROSQUILLAS DE SAN ANTONIO en recuerdo «de la cabeza rapada de los antiguos frailes franciscanos, que ínicamente dejaban una corona de cabello en la parte exterior de la misma» según se aprecia en esta estampa de San Antonio, del que soy muy devoto, y siempre llevo en mi cartera.
Batan muy bien cuatro yemas de huevo y después mézclenlas con 350 g de manteca de cerdo, 200 g de azúcar, 100 g de almendra molida (opcional) y la harina que se precisa (1 kg aproximadamente) para conseguir una mezcla homogénea, compacta y facilmente moldeable con las manos. Si desean, pueden aromatizarla con unos «anisinos».
Se moldean a mano los roscos, según el tamaño que se desee, y se pintan con clara de huevo batida a punto de nieve. Hornean a temperatura medio-fuerte hasta que adquieran color dorado claro.
NOTA.- En otro momento, si no la conocen y desean tenerla, les hablo de la «ORACION A SAN ANTONIO» para recuperar «cosas perdidas» (amores incluidos).
La parroquia de LA RIERA, en Colunga, festeja a San Antonio. A ver si se animan y elaboran unos ROSCOS DEL SANTO para vender a los asistentes como recuerdo de su asistencia.