POR ANTONIO BOTÍAS SAUS, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA
Nació en Cartagena, vivió a las orillas del Mar Menor y ahora reside en Murcia, donde trabaja como logopeda en un centro de enseñanza de Cabezo de Torres. Porque para Rubén Santiago su pasión es la enseñanza. Y por eso enseña al público su primera obra, titulada ‘Ultramar’ e impulsada por la editorial cartagenera Malbec. El libro está prologado por una autora excepcional: la poetisa Dionisia García. A ambos los une una cosa: son escritores tardíos. Y publicaron sus primeras obras a la misma edad. ‘Ultramar’ incluye en sus páginas más de cien microrrelatos, en opinión de Santiago, «llenos de ironía, imaginación y humor» en torno a la historia del mar y de la navegación. Completan su propuesta literaria unas evocadoras ilustraciones del pintor Jorge Fin.
Es un honor que Dionisia García le prologue su obra. ¿Qué supone para usted?
Dionisia es muy generosa. Su prólogo significa el respaldo de una escritora respetada y querida por los lectores y colegas del mundo de las letras. ¿Sabe? Hay una cosa que nos une: ambos somos escritores tardíos. Publicamos nuestra primera obra a la misma edad, pero de años no voy a hablar, ¡qué vulgaridad!
¿Por qué decidió usted escribir esta obra?
Los microrrelatos de ‘Ultramar’ son producto de años de trabajo. Con el tiempo, me di cuenta de que tenía un número importante de relatos que podían dar cuerpo a un libro. Y así lo he hecho.
¿Qué tipos de microrrelatos propone en su flamante obra?
‘Ultramar’ hace un repaso muy personal a la historia de la navegación y al mar, entendido como eje vertebrador de la obra. Pero todo desde la visión amplia que te permite el género. Por ejemplo: ¿se imagina qué le pudo pasar por la cabeza a Edward Smith, capitán del ‘Titanic’, en el momento preciso en el que el barco se hunde?
¡Vaya usted a saber!
En el libro está la respuesta.
¿Cree que lo bello, si breve, dos veces bueno?
Escribir buenos microrrelatos no es fácil. Como dice mi admirada Dionisia García: «Un texto, si breve, precisa de más cuidados». En los míos he puesto mucho mimo e infinitas lecturas previas. Sí, son historias breves y bellas. No puedo decir otra cosa de mi retoño.
¿Cómo valora el trabajo del ilustrador Jorge Fin?
Yo quería hacer un libro diferente, un objeto bello, como decía el poeta, y creo que lo he conseguido. Fin ha hecho unas ilustraciones maravillosas que ponen en valor una obra cuidada y bien editada. Jorge conocía mi trabajo por publicaciones en prensa y yo conocía el suyo desde hacía más de veinte años. Conectamos enseguida. Además, es un tío majo de verdad.
¿Cómo fue la presentación en Murcia de la obra?
Lo celebramos hace unos días y tuve el honor de estar acompañado también por el poeta Antonio Aguilar. Realizamos un aperitivo literario en la primera biblioteca situada en una plaza de abastos, en el mercado de Saavedra Fajardo. La presentación se incluyó en las actividades de la Red de Bibliotecas de Murcia.
¿En qué se inspira para escribir?
En este caso, el mar que me acompaña desde niño es el nexo que navega entre los relatos, pero hay mucho más: una conversación en la mesa del al lado, un personaje histórico, una canción de Parade, una película clásica, el Génesis, el medio ambiente o la luna, brujas y sirenas tatuadas.
¿Qué proyectos tiene ahora entre manos?
Soy un escritor muy poco disciplinado, pero tengo una novela empezada desde hace años que últimamente me ronda por donde quiera que voy.
¿Es difícil publicar un libro? ¿Harían falta más ayudas públicas?
Sí. Publicar con una editorial es difícil. Yo he tenido mucha suerte con Malbec. ¿Ayudas públicas? Claro, pero para que a las familias y a los ancianos no les corten la luz y mueran quemados en sus propias casas por culpa de una vela mal apagada.
Fuente: http://www.laverdad.es/