RUTA CAMINO DE VALDEPEÑAS DE JAÉN Y COLADA DE BUENAVISTA
POR MARÍA TERESA MURCIA CANO, CRONISTA OFICIAL DE FRAILES (JAÉN)
Si existe un modo para conocer profundamente nuestro territorio, es con el ritmo pausado pero firme del recorrido por los senderos. El paso cadencioso te permitirá disfrutar de un paisaje construido a lo largo de miles de años, en el que la naturaleza y las gentes se han mezclado, produciendo un territorio lleno de sorpresas que esperan ser descubiertas.
La ruta presenta dos tramos bien marcados. El primero recorre un tramo del antiguo camino que conducía a Valdepeñas de Jaén que se estuvo en uso hasta 1930 en la que se construye la actual carretera. Y un segundo tramo, antigua colada que conducía al cortijo de La Sorpresa, y desde el al río de los Barrancos. La ruta puede ser circular o bien desde el río volver tras nuestros pasos por la colada Buenavista a la carretera que conduce a Valdepeñas de Jaén.
Marcado por los cerro del Esparto (1.280 m) a la izquierda y el cerro del Almez (1.050 m) a la derecha se presenta un viejo camino que en otro tiempo conducía al caminante a la vecina Valdepeñas de Jaén. En la primera parte del recorrido encontramos cuatro antiguas eras de pan moler, conocidas como Eras de la Choza Blanca. Vamos salvando el desnivel entre encinas, y olivos, mientras que enormes piedras atraviesan el rancio camino, hoy utilizado como colada para los animales y para aguerridos senderistas en busca de la naturaleza y del pasado de Frailes.
En este sendero nos acompaña un paisaje agrícola de montaña, con cultivos en aquellas zonas dotadas de suelo y donde la pendiente no es muy pronunciada, y una vegetación con encinares degradados por la actividad humana y el pastoreo en aquellas partes donde el relieve se vuelve más agreste. En las lindes de los cultivos y junto al camino podemos encontrar restos de vegetación natural. Los cultivos son de olivar y almendro, aunque podemos encontrar algún frutal, higueras y vides o parras.
Y llegamos a la carretera actual, que une Frailes con Valdepeñas a la altura del cortijo Buena Vista, invitando al caminante a detenerse y disfrutar a la buena vista en la que se nos descubre Frailes. Antiguamente el final de este camino lo marcaba una piedra conocida como Piedra de los Jornaleros, por que en ella esperaban las cuadrillas de trabajadores del campo para ir a labrar la Martina y llevar a casa el jornal.
La segunda parte del sendero se inicia en la propia carretera y transcurre por una colada conocida como Colada de Buenavista, se creó en los años treinta del siglo XX para acceder al cortijo de La Sorpresa.
Desde el punto de vista natural estamos en un territorio donde predominar el encinar, y en las partes bajas aparece alguna coscoja. Lo más destacable es que al inicio del camino podemos observar algunos ejemplares de Almez (celtis australis) de un cierto porte. También es frecuente encontrar algunos ejemplares de plantas propias del encinar como Aladiernos, torvizco, majuelos, endrinos, rosales silvestres, aulagas, hiniesta, esparragueras. Abunda el marrubio y dos especies de tomillo, el conocido como almoradux y otro más humilde y de menor porte llamado tomillo salsero. Respecto a la vegetación herbácea se trata de plantas propias de zonas con presencia abundante de ganado y cultivos, se trata de las llamadas nitrófilas, ruderales o arvenses, entre las que dominan las gramíneas con abundante presencia de cardos, algunas compuestas y leguminosas.
Caminata difícil. Se necesita muy buena forma física, y calzado adecuado para un terreno con fuertes pendientes.
Como sugerencia creemos que se debería colocar algunos bancos hechos con piedras para que se integren en el paisaje y no los deterioren, en las cuatro eras. Es una zona donde se aprecia una bonita vista del pueblo. Además sería interesante un puente colgante en el barranco situado después de cruzar la carretera, en la colada de Buenavista, e incluso la instalación de una tirolina.
También proponemos en los distintos recorridos que se esta señalizando, seria muy interesante reforestar con algunas plantas aromáticas para mejorar la riqueza paisajística, la biodiversidad y potenciar a los polinizadores tan necesarios y que están en un preocupante declive. Recomendamos usar romero (Rosmarinus officinalis, lavanda o espliego (lavanda latifolia) y salvia (salvia officinalis).
Os dejamos unas imágenes que os encontrareis en el camino.
