POR ANTONIO VERDÚ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE JUMILLA (MURCIA)
En fechas tan señaladas, no viene mal recordar como una tradición asentada en nuestra cultura, como es la celebración del día de Todos los Santos – no solo por ser mi cumpleaños-, y el día de los Difuntos, fechas que aprovechamos para hacer una visita a aquellos lugares en los cuales descansan nuestros familiares y antepasados.
Pero claro, hay lugares, como es el caso de mi Jumilla, en los cuales podemos hacer hasta una ruta de los cementerios, dado que en nuestra rica y varias veces milenaria Ciudad, encontramos cementerios de todos los momentos históricos, cuyo recuerdo, bien merece tener unas letras que hagan presente esa rica realidad histórica, donde la presencia de todas las culturas en estos lugares le catapultan con la importancia que se merecen. Vaya nuestro recuerdo por todos ellos.
1.- EDAD DEL BRONCE: COLLADO PINAR. Se encuentra en el Monte de Santa Ana, al pasar el puente de las Peñuelas, a la derecha. Pertenece a la edad del Bronce. Se han escavado más de 30 tumbas de incineración, donde aparecieron con sus ajuares, y muchas de ellas en forma circular y cuadrangular con las cenizas en el centro.
2.- NECRÓPOLIS IBERA DE COIMBRA DEL BARRANCO ANCHO. Encontramos tres lugares de enterramientos: el de la Senda, el del Poblado, y el de Poniente.
Tenemos que tener en cuenta, que dada la importancia de este poblado con más de 200 viviendas, representa la importancia en aquellos siglos.
Aquí el número de tumbas -del pueblo jumillano íbero- descubiertas aumenta con las excavaciones que se hagan. Más de 100 catalogadas hasta ahora. Muchos ajuares depositados junto a las vasijas donde ponían sus cenizas, tras ser quemados en la pira, como espadas, lanzas, adornos, etc.
En esta necrópolis se encontró en el año 1981, el Cipo Funerario de los Jinetes Ibéricos, de interés internacional, que vemos en la foto. Es la composición final tras encontrar desperdigados sus partes por ese privilegiado emplazamiento
3.- ROMANA: EL PEDREGAL. Por el camino que sale de la antigua estación hacia el “Prao”, bajando a la derecha, en unas excavaciones realizadas en 1992, pudimos ver un enterramiento de una mujer romana, así como la presencia en este paraje de muchas de ellas, junto a las numerosas Vil-las romanas que conocemos, y muchas todavía sin escavar.
4.- CASÓN. Monumento funerario Paleocristiano del siglo IV d. C., en donde podemos ver tres tumbas en su interior.
5.- ÉPOCA MUSULMANA. Tenemos miles de enterramientos en los lugares encontrados.
Tenemos en la iglesia de Santa María del Rabal, que se encontraron en las excavaciones que se hicieron tras su hundimiento en 1979. Y en las que se hicieron frente a este lugar por 1995, donde también aparecieron hasta diversas capas, unas sobre otras, de cientos de enteramientos.
En el RINCÓN DE OLIVARES, tras las excavaciones de 1984, donde apareció un Cementerio con más de 700 tumbas musulmanas.
EN LA PLAZA ARRIBA, también se encontraron muchos enterramientos, lo que hizo que no se edificara, y después en ese lugar se hizo la Plaza, la cual no existiría si no hubiese sido cementerio.
6.- ÉPOCA CRISTIANA. Durante la cristiandad, fue cuando proliferaron más los Cementerios, ocupando esa función las iglesias, Ermitas o Capillas, en todas ellas se hacían los enterramientos. Pertenecían a las familias más importantes de la población. Hemos visto enterramientos en la iglesia de Santiago, también cristianos en Santa María, en la Ermita de San Antón y en los Conventos de Santa Ana y San Francisco.
7.- HOYO DEL CHARCO. Es el primer Cementerio no religioso del que tenemos noticia. Data de los siglos XVII y XVIII, y se encontraba por la actual calle del Capazo.
8.- CEMENTERIO MUNICIPAL. Nuestro cementerio actual, tiene una antigüedad de más de 200 años, lo que le hace ser uno de los más antiguos.
Para dar fe de esta afirmación nos tenemos que remontar al año 1833 cuando el Sr. Secretario de Estado con fecha 2 de junio dicta una serie de normas en las que pide que construyan cementerios en aquellos pueblos que no los tengan, prohibiendo dar sepultura a los cadáveres en las iglesias y templos, y nuestro ayuntamiento con fecha 1 de julio de 1833 les contesta que en esta Villa existe cementerio en donde fuera de poblado se da sepultura a los cadáveres, faltando sólo en él reedificar una Ermita existente en el mismo cementerio, y que de fondos de Fábrica se tenga corriente un carruaje o tartana para la conducción de cadáveres desde las casas mortuorias o parroquias a dicho cementerio que dista muy bastante, y en la mayor parte más de un cuarto de legua de dichas casas mortuorias y parroquias. Esto nos lleva a pensar que a principios del siglo XIX ya se enterraran por la parte del monte que hay frente a la entrada al actual cementerio, desde luego siempre antes del año 1833, puesto que como hemos visto ya comunican su existencia, y en 1811 y 1812 durante la fiebre amarilla ya se utilizaba como tal.
Sería en el año 1873 cuando se hace un expediente de ampliación del cementerio sacando el pliego de condiciones el 20 de agosto del ese año. La obra salió en el Boletín Oficial de la Provincia de Murcia de fecha viernes 5 de setiembre de 1873. El 24 de febrero de 1874 se entrega la obra a Bartolomé Rodenas, vecino de Murcia, en la cantidad de 26.160 pesetas. El proyecto fue realizado por el arquitecto murciano D. José Marín Baldo, que además de la memoria presenta los planos de lo que hicieron, como fue los recintos dos y tres, así como la Capilla, de la que tenía como asignatura pendiente el saber cuándo se construyó y quién fue su autor. Ahora ya lo sabemos y cuando la vemos y admiramos su estilo ecléctico, comprobamos la importancia que le da al conjunto del cementerio. Se inauguró en el año 1875, como reza en una lápida de mármol en la puerta de entrada. Esa fecha hizo pensar a muchos que el cementerio se hizo por entonces, pero ya hemos visto que en esa fecha tenía ya muchos años de existencia, puesto que cuando se hizo el primer recinto, no pusieron ninguna lápida que dijera el momento de su primitiva construcción.
Los panteones de estos años son dignos de estudio detallado desde el punto de vista arquitectónico, y sobre todo destaca el de los Pérez de los Cobos, que hemos podido ver en la portada de una publicación inter-regional sobre cementerios.
Sería muy largo seguir diciendo en cada momento cuando se hizo cada ampliación, pero si quiero señalar una cosa curiosa referente a por qué se hacen ampliaciones y no un cementerio nuevo. Al ser ampliación el ayuntamiento pleno está facultado para hacerlo, pero si fuera nuevo tendría que ser el Consejo de Ministros el que lo aprobara, por eso vemos que todos los nuevos recintos tienen que estar comunicados entre sí.
1 de noviembre de 2019