POR PEPE MONTESERÍN CORRALES, CRONISTA DE PRAVIA (ASTURIAS)
El sábado subí a la Peña Arcipreste de Hita; salí con gran helada de San Rafael, al Puerto del León (hay uno de piedra), en la sierra del Guadarrama, me adentré en ligera subida por un bosque de pinos silvestres, algún tejo, acebos, enebro rastrero, retama negra, helechos y canchales, alcancé un manantial congelado y entre afloramientos de roca granítica fracturada, que se eleva de forma abrupta sobre el terreno, los llaman “tor” y conforman un paisaje de berrocales y piedras caballeras, subí al tor más atrevido, la Peña del Arcipreste, troquelado alguno de sus bolos con textos del “Libro del buen amor”, donde el pícaro párroco, Juan Ruiz, que caminó por aquí un marzo de 1329, después de una juerga en Segovia, narra aventuras con serranas, entre otras la muy fea Aldara. El peligro de la montaña es salir poco, el de los libros leer poco, el peligro de Oviedo, quedarse.
Fuente: https://www.lne.es/blogs/la-mar-de-oviedo/salir-de-casa.html