POR JUAN CUÉLLAR LÁZARO, CRONISTA OFICIAL DE FUENTEPIÑEROS (SEGOVIA)
«En febrero, el primero brigidero…» En FUENTEPIÑEL tenemos una de las pocas ermitas o iglesias con esta advocación.
Es de una sola planta, rectangular, con unas medidas de 15’80 metros de largo por 7’25 de ancho, y paredes de 4’20 de alto. Desconocemos el cuándo y el cómo llegó a nuestro pueblo la devoción por esta santa irlandesa que nació en Faughart en el año 450 y fue hija de un príncipe del Ulster y de una esclava católica suya; por su condición ejerció la servidumbre hasta que el rey la liberó por su extraordinaria piedad, entrando en religión y fundando cuatro monasterios, el principal el de Kildare, del que fue abadesa. Murió el día 1 de febrero del año 525 después de haber instituido también una escuela de arte y trabajos sobre metal y alumbrado, siendo enterrada en Downpatrick con sus contemporáneos San Patricio y San Columba.
Tampoco sabemos el año en que pudo construirse la edificación primitiva, pero sí que ya en 1632, como la de San Roque, recibe donaciones testamentarias, si bien, a diferencia de ésta, no dispone de libros propios.
La imagen de la santa se hizo en 1730 y como la iglesia «no tenía de qué pagar», ayudó dando de limosna cuatro fanegas de trigo y dos de cebada.
Con la Desamortización, se incauta de sus bienes el Estado y ha de ser sostenida por la piedad de los fieles. Lo mismo sucede con la de San Roque.
En 1964 su cubierta fue reparada por el Ayuntamiento por ser «de propiedad municipal» . A sus pies se alza una pequeña espadaña de 2 metros de altura que alberga un gracioso campanillo.
En 2009 se restaura de nuevo la cubierta, a cargo de una devota que dona doce mil euros y otros tantos que pone el Ayuntamiento. — en Fuentepiñel.