POR JUAN CUÉLLAR LÁZARO, CRONISTA OFICIAL DE FUENTEPIÑEL (SEGOVIA)
Tras la vorágine de la marcha fiestera ibicenca para recibir al año nuevo, el día después el pueblo vuelve a la calma y las almas se serenan en el silencio gélido propio de las largas noches de invierno. ¡Feliz descanso! ¡Y buen día!