POR JUAN CUÉLLAR LÁZARO, CRONISTA OFICIAL DE FUENTEPIÑEL (SEGOVIA)

Día 9 del estado de alarma, que nos acaban de prolongar 15 días más. Nos iremos a los 30 como mínimo, pues. Pero la vida sigue, en las ciudades y en los pueblos, y si las primeras tienen garantizado el abastecimiento en palabras de los responsables de gestionar esta pesadilla, los pueblos por sus circunstancias (la mayoría ya no tienen tiendas de alimentación para suministrar a una población mayormente envejecida, y las dificultades precisamente de esta población mayor para desplazarse a las tiendas más cercanas, que pueden hallarse a treinta kilómetros o más), los pueblos, digo, lo tienen un poco más complicado, por lo cual es de agradecer que todavía haya vendedores ambulantes, o tenderos como decíamos antes (y a estos también les podemos incluir dentro de los agentes sociales imprescindibles, sobre todo en estos momentos) que se dejan caer algún día de la semana con provisiones para que la vida pueda continuar.

Gracias Tati por la instantánea, en la que, además se puede comprobar cómo se cumple con suficiencia con la distancia de seguridad recomendable.

#YoMeQuedoEnCasa. ¡Y que no cunda el pánico!

¡Buen día!