POR JUAN CUÉLLAR LÁZARO, CRONISTA OFICIAL DE FUENTEPIÑEL (SEGOVIA)
Aunque hacía ya varias décadas que muchos países e instituciones venían conmemorando el 22 de abril como el Día de la Tierra, en 2009 la asamblea general de las Naciones Unidad le proclamó como Día Internacional de la Madre Tierra con el fin de concienciar al mundo de la necesidad de proteger el medio ambiente y rendir homenaje a este hogar común, pues está demostrada la interdependencia existente entre sus muchos ecosistemas y los seres vivos que la habitamos.
Hay quien opina que esta cruel pandemia sanitaria mundial que nos asola tiene una fuerte relación con la salud de nuestro ecosistema por las estrechas relaciones entre la salud humana, animal y ambiental, y que necesitamos un cambio hacia una economía más sostenible que funcione tanto para las personas como para el planeta, por lo que debemos de promover la armonía con la naturaleza y la Tierra. Y quizás no les falte razón.
Es posible que este confinamiento obligado al que estamos sometidos una buena parte de la población mundial, combinado con el cese de tantas actividades que vienen agrediendo y destrozando nuestro planeta, supongan un pequeño respiro para él y posibiliten una mínima recuperación para su salud (que a la larga también es la nuestra).
Seamos, pues, positivos, y pensemos que algo bueno ha de traer esta maldita pandemia, pero mientras todo se va aclarando,
#YoMeQuedoEnCasa ¡Y que no cunda el pánico, que nos reinventaremos y volveremos más fuertes!
¡Buen día!