POR JUAN CUÉLLAR LÁZARO, CRONISTA OFICIAL DE FUENTEPIÑEL (SEGOVIA)
Bueno, pues aunque aún no es oficial, creo, se confirma lo que estaba cantado y nos temíamos. El confinamiento, aunque se pseudosuavice algo, se va a prolongar a partir del 10 de mayo otra temporadilla. Como venimos haciendo desde el día 15 de marzo (algunos incluso desde algún día antes por puro instinto de autoprotección), nos tomaremos esta nueva prolongación de esta forma de vida de clausura y recogimiento domiciliario con la misma filosofía que las anteriores y nos pondremos como fecha límite para seguir así un sine die para no llevarnos más sorpresas y más decepciones.
De las cuatro fases de las que hoy se nos ha hablado en lo relativo a la desescalada (palabro que ya me empieza a estomagar y aún no ha comenzado a producirse), y que se alargará hasta el 21 de junio, yo he prestado especial atención a que hasta pasada esta fecha no se permitirá la movilidad interprovincial, y por tanto estará prohibido para mí cruzar Somosierra, con lo que ello conlleva. Y eso si todo va bien con las previsiones de las citadas fases, y no se producen repuntes importantes, que esa es otra. Y todo porque «no se puede permitir la movilidad de una provincia que esté en fase 1 a otra que esté en fase 3 para evitar riesgos».
Y yo me pregunto, ¿si las dos provincias limítrofes están en la misma fase, tampoco se podrá? ¿Y si aplicamos la división administrativa anterior a la que por obra y gracia del tal Javier de Burgos se hizo en 1833 y que mutiló de forma salvaje y sin criterio ni lógica la otrora gran provincia segoviana? ¿Y si alegamos, ¡todo el mundo lo sabe!, que Madrid es el pueblo más grande de la provincia de Segovia y que nos estamos desplazando de pueblo a pueblo dentro de la misma provincia?
Hasta que alguien me dé una respuesta a estas preguntas, yo me quedaré imaginando y soñando que algún día podré volver a ver la silueta de mi pueblo en la lejanía, y que podré acercarme a él, me da igual si es por carretera que por camino, en coche o andando, pero eso sí, cumpliendo con las normas y recomendaciones que nos den «los de arriba» (y que alguno de ellos, en vez de ejemplarizar, tiene a bien saltarse a la torera porque parece que la cosa no va con él, cosa que también hace algún inconsciente e irresponsable de «los de abajo»), pero mientras tanto,
#YoMeQuedoEnCasa ¡Y que no cunda el pánico, que nos reinventaremos y volveremos más fuertes!
¡Buen día!