POR JUAN CUÉLLAR LÁZARO, CRONISTA OFICIAL DE FUENTEPIÑEL (SEGOVIA)
Se nos despide el mes de abril. De este de 2020 no vamos a guardar un buen recuerdo precisamente, y no porque no haya llovido o haya helado o granizado más de la cuenta, contratiempos meteorológicos que han hecho que a este mes se le atribuyeran refranes poco amables como “Buenos amigos y buenos abriles, uno entre miles” o “Abril, abril, de cien en cien años deberías venir”. Estos refranes vienen bien a cuenta este año pero no por la meteorología sino por esta cruel pandemia vírica que nos está azotando y que de momento nos está ganando la batalla, aunque poco a poco vamos haciéndola frente con mejores resultados por nuestra parte y llegará el momento en que la derrotemos como se han derrotado otras anteriores.
No obstante prefiero despedir el mes con otros refranes con mejores perspectivas y más optimistas: “Abril que sale lloviendo, a mayo llega riendo”; «Abril concluido, invierno ido»; “El invierno no ha pasado hasta que abril no haya acabado”; «Abril saca la espiga a relucir»; o «En abril, sale la espiga del cubil».
Esperemos que en el mes de mayo todo vaya mejorando y que en junio podamos empezar a vivir la «nueva normalidad», como dicen por ahí, que nos están programando, al menos hasta que encontremos una vacuna que haga frente a este bicho o que todos nos volvamos inmunes frente a él. Pero hasta entonces,
#YoMeQuedoEnCasa ¡Y que no cunda el pánico, que nos reinventaremos y volveremos más fuertes!
¡Buen día!