POR JUAN CUÉLLAR LÁZARO, CRONISTA OFICIAL DE FUENTEPIÑEL (SEGOVIA)
“En mayo, el rocín se hace caballo”. Sigo tirando de refranes y de imágenes de archivo o prestadas a la espera de que algún día pueda no sólo actualizar mi bagaje gráfico sino también, y sobre todo, hacer realidad todo ese mundo de imágenes y de sensaciones que no me queda otra alternativa más que inventármelas desde la distancia, una distancia que ayer era insignificante pero que hoy se me antoja una eternidad.
Y hablando de imágenes, precisamente, cuando veo estas fotos, siempre termino viajando a aquella infancia de momentos felices, que son las que solemos retener con los años, y escucho a lo lejos el zumbido grave del cuerno que hacía sonar por estas fechas el vaquero para congregar al ganado del pueblo y bajarlo al prado municipal.
Pero la vida, como habrá hecho el potrillo de nuestra fotografía, no ha dejado de correr, y nosotros con ella, y hoy día nos encontramos en una encrucijada de caminos que hace que, al menos a corto plazo, nuestro destino se nos presente tan incierto como enigmático a la espera de que los avances de la medicina y las decisiones de «los que deciden por nosotros» sean capaces de llevarnos en la dirección correcta y a buen puerto.
Mientras tanto, como hice ayer, y antes de ayer, y antes de anteayer, y… y como haré mañana, y pasado y al otro, y…
#YoMeQuedoEnCasa ¡Y que no cunda el pánico, que nos reinventaremos y volveremos más fuertes!
¡Buen día