POR JUAN CUÉLLAR LÁZARO, CRONISTA OFICIAL DE FUENTEPIÑEL (SEGOVIA)
“Las mañanas de mayo, las mejores del año”. Eso dice el refrán. Pero yo añadiría también las de enero, febrero, marzo… y así hasta diciembre. Es cierto que ahora la naturaleza está con mayor actividad en plena explosión y en plena renovación. Pero todas las mañanas tienen su encanto, y sobre todo si se pueden emplear para pasear, para expansionarse, para relajarse, o, como en estos tiempos que nos ha tocado vivir, para huir de angustias, agobios, miedos y crispaciones.
El tiempo y la naturaleza siguen su curso, sin atender a los conflictos, frentismos, intransigencias, frustraciones y demás miserias humanas. Se nos brindan para disfrutarlas, y nosotros, a veces, nos entretenemos en otras historias. Y ni el tiempo ni la naturaleza nos esperan. Ni se repiten. Cada instante y cada lugar son diferentes.
Lo normal es que dependa de nosotros el saber aprovecharlos. Es cierto que ahora se nos han puesto limitaciones y nos cuesta aceptarlas. El ser humano, por su propia naturaleza, no está concebido para vivir confinado, pero ahora es lo que toca. Por eso, y hasta que vayamos sometiendo a esta pandemia tan virulenta,
#YoMeQuedoEnCasa ¡Y que no cunda el pánico, que nos reinventaremos y volveremos más fuertes! Pero por favor, precaución, sensatez y cordura, que aún seguimos en la fase 1.
¡Buen día!