POR JUAN CUÉLLAR LAZARO, CRONISTA OFICIAL DE FUENTEPIÑEL (SEGOVIA)
Caen la lluvia, la noche y el invierno. Se vacían las calles, pero cogen sangre nuestros campos resecos y corre el agua por los cauces de nuestros arroyos. El agua es vida, y más en las zonas rurales, aunque se (las) vayan vaciando.
Recuerdo, no obstante, que estas mismas calles vacías, en unos días se llenarán de vida ¡Viva San Nicolasillo!