POR JUAN CUÉLLAR LÁZARO, CRONISTA OFICIAL DE FUENTEPIÑEL (SEGOVIA)
“Dice el labrador al trigo, para julio te espero, amigo”, refrán que va asociado con el de que “Por San Adrián, se le seca la raíz al pan”, referido al papa San Adriano III (8 de julio).
No sé bien cuantas son las distintas variedades de trigo que existen, pero cuando yo era pequeño, si no lo recuerdo mal, sólo oía hablar de dos: el trigo candeal y el trigo chamorro. El candeal (que parece ser que deriva del latín candidus, blanco) era el más habitual, y era del que se obtenía la harina para la elaboración del pan. El chamorro era más oscuro y tenía las espigas sin lo que nosotros llamábamos esquenas, cuyo nombre académico creo que es raspas.
Yo prefería trabajar el trigo a la cebada porque se generaba menos tamo y el cuerpo picaba menos. El tamo era una especie de polvillo casi invisible pero que se hacía notar bien por todo el cuerpo hasta que te lo quitabas de encima con un buen baño. Hoy en día, con los nuevos sistemas de recolección, todo esto ha cambiado bastante…
¡Buen día!