POR JUAN CUÉLLAR LÁZARO, CRONISTA OFICIAL DE FUENTEPIÑEL (SEGOVIA)
Esta mañana, al salir de casa, en plena placeta de Caurezo de esta villa oscense de Bolea, estaba en el suelo este pobre vencejo común (apus apus), inmóvil e incapaz de alzar el vuelo (esto último algo propio de la especie). Posiblemente había sido víctima del ataque de alguna rapaz que no ha conseguido su objetivo de almorzar a su costa pero que le ha hecho una pequeña heridita y le ha tirado al suelo.
Felizmente sólo ha necesitado de un pequeño impulso para echar a volar de nuevo y le he visto surcar el cielo durante unos segundos hasta que se ha perdido en el horizonte. A buen seguro pertenece a una pequeña colonia que anida en los agujeros que hay bajo el alero de una casa cercana, y que todas las tardes sobrevuelan nuestros tejados capturando insectos sin parar, cada vez más altos hasta perderse en el espacio para pasar la noche en alguna corriente propicia.
Ha sido mi obra de caridad animalista de la jornada.
¡Buen día!