POR JUAN CUÉLLAR LÁZARO, CRONISTA OFICIAL DE FUENTIDUEÑA Y FUENTEPIÑEL (SEGOVIA).
Trote matinal por el camino Ancho, que asciende zigzagueando desde la ermita de la Trinidad, por la ladera hasta la cumbre, más bien altiplano, de la Sierra Caballera (1563 m), desde la que se puede contemplar en primer plano a vista de pájaro toda La Sotonera (con su embalse entre Tormos y Montmesa) y una buena parte de la Hoya de Huesca, con la villa de Bolea y su Alberca; y en segundo plano, en el horizonte los días claros, las altas cumbres pirenaicas a un lado y el Sistema Ibérico, con su omnipresente Moncayo, al otro.
Las fotos de móvil no hacen justicia a lo que describimos pero sirven para hacernos a la idea de las imágenes reales que quedan impresas en nuestra retina.
Y si los siete kilómetros de ascensión (y otros tantos de descenso) se hacen en buena compañía, doble disfrute.
¡Buen día!