POR JUAN CUÉLLAR LÁZARO, CRONISTA OFICIAL DE FUENTIDUEÑA Y FUENTEPIÑEL (SEGOVIA)
El día 17 de enero, festividad de San Antón, las corporaciones municipales de Fuentepiñel y Fuentesaúco de Fuentidueña han rememorado un año más una vieja tradición, ya centenaria, que consistía en recorrer los mojones que delimitaban ambos términos municipales. Según consta en los libros de actas del de FUENTEPIÑEL (sesión de 15/01/1964), el acuerdo entre los dos Ayuntamientos para realizar el coteo fue establecido el 18 de noviembre de 1899.
Antiguamente era una fiesta de cierta relevancia en Fuentepiñel, con su misa y su procesión correspondientes en honor al santo, y era costumbre comer sopas de besugo blanco. Por la tarde dos concejales y los alguaciles de Fuentepiñel se reunían en el pago La Huelga, en La Cuesta la Gorda, con dos concejales y los alguaciles de Fuentesaúco para recorrer juntos las coteras. Terminaban su recorrido en el Corral del Campillo, donde, junto con los alcaldes y demás miembros de las corporaciones, compartían el queso, el pan y el vino que llevaba el depositario (tesorero) en unas aguaderas a lomos de un burro. A continuación, se firmaban las actas con los acuerdos pactados por las dos corporaciones. El queso sobrante se repartía a los pastores, guardas, vaqueros y chicos de la escuela que acudían al lugar. Esa noche, la corporación municipal de Fuentepiñel cenaba en casa del depositario a base de alubias y pollo, y finalizada la cena, los alguaciles entrantes y salientes solían jugarse a las cartas un duro, el astronómico sueldo de todo un año.
Actualmente se sigue respetando la costumbre de cenar juntas ambas corporaciones como un gesto representativo también de las tradicionalmente buenas relaciones existentes desde siempre entre las gentes de los dos pueblos.
¡Buen día!