POR JUAN CUÉLLAR LÁZARO, CRONISTA OFICIAL DE FUENTIDUEÑA Y FUENTEPIÑEL (SEGOVIA)
Antiguamente el 17 de enero, festividad de San Antón, se celebraba con cierta relevancia en FUENTEPIÑEL, con su misa y su procesión correspondiente.
En este día, además, había costumbre de realizar un coteo por los límites del término con el de Fuentesaúco de Fuentidueña, desde que así lo acordaron los dos Ayuntamientos el 18 de noviembre de 1899, y para ello se reunían por la tarde dos concejales y los alguaciles de cada pueblo en el pago de La Huelga y juntos recorrían las coteras. Terminaban su recorrido en el Corral del Campillo donde, junto con los alcaldes y demás miembros de las corporaciones, compartían el queso, pan y vino que llevaba el depositario (tesorero) en unas aguaderas a lomos de un burro. A continuación, se firmaban las actas con los acuerdos pactados por las dos corporaciones. El queso sobrante se repartía a los pastores, guardas, vaqueros y chicos de la escuela que acudían al lugar. De regreso al pueblo, la Corporación cenaba en casa del depositario a base de alubias y pollo, y finalizada la cena, los alguaciles entrantes y salientes solían jugarse a las cartas un duro, el astronómico sueldo de todo un año.
Actualmente se sigue respetando la costumbre de merendar juntas ambas Corporaciones, si bien este año no se ha podido celebrar el encuentro por problemas de agenda.