POR JUAN CUÉLLAR LÁZARO, CRONISTA OFICIAL FUENTIDUEÑA Y FUENTEPIÑEL (SEGOVIA)
La capilla del Pilar o de los Condes de Montijo, de Fuentidueña, fue construida a partir de una escritura de fundación fue otorgada por don Cristóbal Portocarrero, conde de Montijo, el 25 de septiembre de 1719 ante el notario Antonio González Almazán. Aunque hacía las veces de ayuda de la parroquia, fue cerrada al culto en 1921 por el obispo de Segovia al negarse su propietaria, la duquesa de Tamames, a facilitar los recursos necesarios para su reparación.
Declarada Bien de Interés Cultural en el BOCyL por Decreto 126/1996, de 9 de mayo, formaba parte del conjunto residencial de los Montijo y su fachada tiene una composición simétrica de clásica sencillez, toda ella de buena sillería caliza. Está estructurada en altura en tres cuerpos de los que el central se halla flanqueado por pilastras y rematado por un frontón triangular. Tiene una portada blasonada con un escudo muy partido, con las armas de los diversos linajes que confluían en el título condal de los Montijo y Fuentidueña, personificados en don Cristóbal Gregorio Portocarrero Funes de Villalpando Guzmán Luna y Enríquez, y en el que la corona vuela hacia el exterior. Sobre él hay un óculo circular. Es sin duda la más importante en su estilo de la provincia segoviana.
De propiedad privada, fue restaurada en el año 2007, y convertida en un negocio de hostelería y hospedaje.