CUANDO LLEGAN AL EXTERIOR, EL ARCHIVERO Y CRONISTA OFICIAL FERNANDO JIMÉNEZ BERROCAL IDENTIFICA LO RESCATADO, MIENTRAS UN MANDO SEÑALA EN UNA PIZARRA LOS OBJETOS VALIOSOS QUE AÚN FALTAN POR RESCATAR
Es de día, pero los bomberos que están en el interior del Palacio de la Isla no ven apenas nada, van palpando las paredes porque tienen los visores de los cascos tiznados, como si estuvieran atravesando una zona de incendio, llena de humo. Cargando sus equipos de 28 kilos, respirando por las bombas de oxígeno que tienen a su espalda, bajan con cuidado las escaleras de piedra, siguiendo un cable que les conduce a la salida. No van con las manos vacías, llevan legajos llenos de historia del Archivo Municipal y cuadros. Cuando llegan al exterior, el archivero y cronista oficial Fernando Jiménez Berrocal identifica lo rescatado, mientras un mando señala en una pizarra los objetos valiosos que aún faltan por rescatar.
Esta escena se vivió a la una de la tarde de ayer en el Palacio de la Isla, en la sede del Archivo Histórico Municipal, mientras que en la Concatedral de Santa María otros bomberos estudiaban qué hacer en el caso de que hubiera un incendio en el templo. Analizando cómo proteger las tallas o el retablo.
Un tercer grupo estaba a la misma hora en otro simulacro en la Fundación Mercedes Calles-Carlos Ballestero, en la casa-palacio de los Becerra. Los visitantes de la interesante exposición de grabados de Goya observaban extrañados a bomberos recorriendo las salas para localizar los cuadros más valiosos que debían rescatar en caso de un incendio.
Estos tres simulacros pertenecían a talleres de un curso especial de intervención de bomberos en cascos históricos, para saber cómo salvar y proteger las obras de arte en situaciones de incendios, terremotos o inundaciones.
Acuden 29 bomberos que son mandos de 15 ciudades españolas que han sido denominadas por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. El curso está organizado por el Ayuntamiento de Cáceres con el Grupo de Ciudades y la colaboración del Ministerio de Cultura, el Sepei de la Diputación y Liberbank.
Fernando Ramírez Fernández, jefe supervisor del cuerpo de bomberos de la Comunidad de Madrid y jefe del parque de bomberos de Alcalá de Henares, es el director del curso, del que destaca que su objetivo «es dar herramientas a los mandos intermedios para proteger mejor el bien patrimonial». Destaca que en una catástrofe la prioridad es el rescate de las personas, pero después está la protección de obras de arte.
Es lo que hicieron ayer en la Concatedral, aprendiendo a proteger retablos o pinturas al fresco. «La Concatedral – señalaba Fernando Ramírez -, tiene poca carga de fuego para el volumen que tiene, el fuego aquí estaría bien controlado; pero si, por ejemplo, el fuego se produce en la sacristía, habría mucho humo que provocaría daños en las obras de arte, y por tanto hay que hacer técnicas de ventilación y de protección».
El Grupo de Ciudades Patrimonio ha indicado a los municipios la necesidad de que cada edificio histórico tenga un plan de contingencia, con unas fichas que dejen bien claro cuales son las obras de más valor, «es importante que en cada edificio se tenga un orden de prioridad para salvar obras de arte».
El curso, que empezó el martes, tendrá hoy un gran simulacro, con un incendio en el Ayuntamiento que comenzará a las once de la mañana con humo simulado en la azotea. Los bomberos apagarán el incendio, harán técnicas de ventilación, habrá rescate de personas y, por supuesto, también se salvarán obras de arte.
Fuente: http://www.hoy.es/ – Sergio Lorenzo