POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
La Revista La Voz de San Antonio fue fundada en 1895 por la Provincia Bética Franciscana. Su director es fray Antonio Arévalo Sánchez (ofm). El artículo que he escrito se inserta en el núm. 1.894 (marzo-abril 2023) en las páginas 63-66, dentro de la sección “Con voz propia”, en él hablo de la historia, iglesias y de la presencia del santo paduano entre los calamonteños que tienen por patrón a San José. Acudo a una parte de su texto.
Continúo mis paseos paduanos, pues con esa definición ha bautizado la cabecera de estos artículos, el director de esta publicación, fray Antonio Arévalo Sánchez. En este número me acerco hasta Calamonte, enclavado en la denominada comarca de las Vegas Bajas del Guadiana, constituyendo el núcleo más populoso del Partido Judicial emeritense, después de la capital. Se localiza muy cerca de Mérida, sobre la orilla izquierda del Guadiana.
Es constatable que en el Cerro Verde han aparecido trozos de objetos de barro de la época romana. Desde mediados del siglo XIII, sería un lugar perteneciente al provisorato de Mérida, en la provincia de San Marcos de León, bajo dominio de la Orden de Santiago. Al amparo de la carta privilegio de D. Vasco Rodríguez de Cornago, Maestre de la Orden de Santiago, fechada el 28 de abril de 1365, surgen las aldeas de Calamonte, El Carrascalejo y Esparragalejo.
CALA Y POR ESTAR EN EL MONTE
Deseo acercarme a la obra de Bernabé Moreno de Vargas, historiador emeritense que dejó escrito en 1633: “El lugar de Calamonte está al mediodía muy cerca de la ciudad de Mérida; es de sesenta vecinos. El rey don Alfonso el onceno, que comenzó a reinar en 1312, hace mención de este lugar o de su sitio en el Libro de la Montería, porque tratando de la sierra que se llama de San Serván, dice así: La sierra de Colomonte la mayor es un buen monte de puerco en invierno, e en tiempo de panes, e es la bozería en el camino que viene del Almendralejo para Mérida fasta encima de la sierra, e es el armada al pie del lomo de Colomonte….
El franciscano Juan Mateo Reyes Ortiz de Tovar, en su manuscrito de los Partidos Triunfantes de la Beturia Túrdula, escrito en 1779, dice que “Calamonte es abundante de pan, y todo género de semillas, cría de ganados lanar, cerda, vacuno y cabrío, que disfruta de mucho queso y leche, con fina lana, miel, cera, caza, pesca, frutas, hortalizas, legumbres y buenos pastos”.
Afirmando el historiador franciscano: “Calamonte se interpreta por Monte Alto, porque Cala quiere decir en su lengua altura, y como este pueblo está al pie de una empinada y fragosa sierra, le viene bien el nombre de Calamonte. Llegóse a perder en la conquista de Mérida por los cristianos y se reedificó por los años de 1385, reinando don Juan I, y Maestre de Santiago don Pedro Muñiz de Godoy”.
Refiere el profesor Juan Antonio Ballesteros Díez que en Calamonte había una importante dotación de silos para almacenamiento de grano, de los que hace referencia el Conde de Campomanes en su epistolario con las personas que administraban el conocido Coto de Campomanes, junto al pantano de Cornalvo, El modelo que existía era una especie de tinaja, de fondo plano, enterrado hasta la boca, que quedaba a nivel del suelo y se cerraba con una losa de piedra tratando de conseguir un cierre estanco para evitar la entrada de roedores e insectos. Estima Ballesteros Díez en ciento treinta los silos cifrados que yacen enterrados bajo calles, plazas y edificaciones del casco antiguo de la población de Calamonte.
MIL CIENTO DIEZ ALMAS EN 1849
El Diccionario Geográfico Estadístico Histórico de España de Pascual Madoz de 1849 nos acerca a la realidad de la villa de Calamonte en la que se padecen fiebres tercianas. Tiene doscientas veinte casas, formando diez calles pequeñas y una plaza de mal piso, y a media barrera la Casa Consistorial y cárcel en el mismo edificio. Escuela asistida por cincuenta niños y veinte niñas, pagando unos y otras cierta retribución convencional en grano. Una ermita con la advocación de San José, situada en la plaza. Una iglesia parroquial dedicada a la Asunción de Nuestra Señora, su curato de primer ascenso. Junto a la iglesia el cementerio.
Se surte de aguas potables en dos pozos de agua dulce. Confina el terreno con los de Esparragalejo, Mérida, Torremejía y Arroyo de San Serván. Comprende dos mil fanegas de tierras de labor. Una dehesa de propios junto a la sierra llamada La Cabreriza, cubierta de chaparros, jaras y coscojas, y trescientas sesenta fanegas de baldíos y ejidos. La baña un arroyuelo insignificante que lleva el nombre del pueblo.
El terreno es de inferior calidad. Los caminos son vecinales, el correo se recibe en Mérida por cartero. Produce trigo, cebada, centeno, avena, garbanzo, habas, vino y aceite. Se mantiene ganado lanar y se cría caza menor. Población formada por trescientas treinta vecinos, mil ciento diez almas.
IGLESIA PARROQUIAL DE NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN
Es el hito constructivo más destacado de Calamonte. Obra de finales del siglo XV, documentada en 1494 por el libro de visitas de la Orden de Santiago. Ampliada en los años centrales de la centuria del dieciséis. Se trata de una fábrica de una sola nave rectangular y cabecera recta a la que se adosan dos grandes piezas para servicio del templo dando forma de planta de cruz latina.
El interior consta de tres espacios separados por arcos apuntalados. Su pequeña fábrica revela que fue concebida para un escasísimo vecindario también con escasas posibilidades económicas para dotarla de mayores proporciones. El retablo mayor, obra barroca del siglo XVIII, hace dos años que pasó por un proceso de restauración a causa del impacto que en la madera había producido la humedad con pérdida de la policromía y el dorado. Fue realizado gracias al convenio entre la Diputación y el Arzobispado.
En el exterior la única portada, situada al lado de la Epístola, que da acceso al interior es plateresca y colocada con posterioridad a la construcción de la nave del templo. Formada por un solo cuerpo con dos toscas pilastras adosadas que descansan sobre rudas basas. Las jambas llevan decoración de ánforas y elementos vegetales con volutas. En las enjutas dos cabezas indianas cubren los espacios, rematándose todo por cornisa y friso sin decoración.
La torre tiene dos cuerpos realizados con mampuesto y sillares en los ángulos y un cuerpo cilíndrico anejo correspondiente a la escalera. En la parte superior se encuentra un cuerpo de almenas levantadas en 1556. El remate en tronco de pirámide es posterior a su fábrica.
IGLESIA DE SAN JOSÉ. IMAGEN DE SAN ANTONIO DE PADUA
Junto al templo parroquial destaca la ermita de San José, patrono de Calamonte, en su interior se encontraban varios frescos del pintor Alonso de Mures, fechados en 1729. Mures tuvo su origen en Sevilla, se instaló en Badajoz en 1715, donde vivió hasta su muerte ocurrida en 1760. En su pintura mostró la impronta murillesca, fruto de su formación artística.
La ermita de San José, llamada del Santo, fue derribada en los años ochenta del siglo pasado y sustituida por otra moderna de diseño, destacando una vidriera que efigia la Sagrada Familia. En el espacio exterior del templo, en su fachada principal, está la plaza de un calamonteño ilustre, me refiero al sacerdote Padre Leocadio Galán Barrena (1910-1990), fundador del Instituto Religioso Esclavos de María y los Pobres, que tiene presencia en las Casas de la Misericordia de Alcuéscar, Torrijos, Pinofranqueado, Calamonte y Pinos Puente.
Calamonte celebra con animosidad y regocijos la Feria y Fiestas Patronales de San José el 19 de marzo. La fiesta campestre de la Jira, el domingo de Pascua, con prolongación al domingo siguiente bajo el apelativo de la Romería de las Sobras. Siendo muy popular La Castaña en la festividad de Todos los Santos a comienzos de noviembre; y la Romería del patrón de los labradores, San Isidro.
La imagen de San Antonio, procedente del templo parroquial, ahora en la iglesia de San José, ha sido restaurada por Gótico Restauración de Obras de Artes de la capital cacereña. Al llegar la festividad del santo paduano, los calamonteños se apiñan junto a él en un triduo coincidente con el día de su festividad, 13 de junio.
La proximidad de los conventos franciscanos de Mérida: el de San Francisco, Nuestra Señora de la Antiguo, luego junto a la iglesia del Carmen, posterior Hospital Psiquiátrico, fraguaron la devoción al santo paduano en Calamonte. Además de la proximidad de los franciscanos del convento de San Antonio de Almendralejo.
Calendario
L | M | X | J | V | S | D |
---|---|---|---|---|---|---|
1 | 2 | 3 | ||||
4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9 | 10 |
11 | 12 | 13 | 14 | 15 | 16 | 17 |
18 | 19 | 20 | 21 | 22 | 23 | 24 |
25 | 26 | 27 | 28 | 29 | 30 |