SAN ANTONIO DE PADUA EN ESPARRAGALEJO.
Mar 25 2023

POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)

La Revista La Voz de San Antonio fue fundada en 1895 por la Provincia Bética Franciscana. Su director es fray Antonio Arévalo Sánchez (ofm). El artículo que he escrito se inserta en el núm. 1.893 (enero-febrero 2023) en las páginas 21-24, dentro de la sección “Mis paseos paduanos”. La localidad de Esparragalejo que se localiza en las proximidades de Mérida, hacia el suroeste en la carretera EX–209 (Badajoz-Mérida por Montijo), lindando ya con las Vegas Bajas del Guadiana, cerca de la orilla derecha de éste, y cercana a la estación de ferrocarril de Aljucén.

Se encuentran en Esparragalejo restos arqueológicos de la Edad de Bronce, El castro o poblado Calcolítico está situado en el lugar llamado Los Olivares, a unos quinientos metros de la orilla derecha del Guadiana y en una suave colina. Si hay algo con verdadero carácter histórico en Esparragalejo es la Presa Romana de la Charca Grande. Su origen se remonta a los romanos que poblaron Mérida. En Esparragalejo se asentó un campamento militar que se abastecía de esta presa y se construyó un acueducto del que apenas quedan restos.

Hace diez años, con motivo de las obras de la carretera EX-209, afloró, próximo a Esparragalejo, un cementerio de época musulmana, etapa emiral, formado por cincuenta tumbas por inhumación en fosa con restos humanos en cuarenta y una de ellas, correspondientes a niños y adultos de ambos sexos, sin que haya aparecido ajuares funerarios de ningún tipo. Se identificaron veintidós cuerpos colocados en decúbito lateral derecho, mirando hacia la Meca. También con motivo de las obras de referida carretera apareció una villa romana cercana a la población, con un lagar, apareciendo diversos elementos relacionados con dicha actividad, como un ara de prensado. En la excavación aparecieron numerosas ruedas de molino, restos de un horno; diversas herramientas y utillaje cerámico, tanto de tipo doméstico como de almacenaje y transporte.

ESPARRAGALEJO. POR LA ABUNDACIA DE ESPÁRRAGOS

El historiador emeritense Bernabé Moreno de Vargas, en 1633, describe así el lugar de Esparragalejo: “Esta a una legua de Mérida, en sitio llano y así es buen pueblo; tiene ochenta vecinos. Se llamó así porque en el sitio adonde se fundó había muchas esparragueras, como las hay hoy en su contorno que producen tiernos espárragos. En su dehesa está una albuhera antigua que cría muy buenas pardillas. Su iglesia es de edificio suntuoso. Tiene una ermita de Santiago que solía ser la parroquial y otra de Nuestra Señora de la Salud, al sitio de La Espadaña. En este lugar tiene su casa los mayorazgos de la Dehesa del Palazuelo, que ahora posee don Juan de Vera de Mendoza, caballero de la Orden de Alcántara y capitán de la milicia de Mérida, cuyo hijo y sucesor de su casa es don Diego de Vera y Alburquerque, caballero de la Orden de Santiago”.

La fundación de Esparragalejo fue tardía, siendo impulsada en el siglo XV (1467) por el Maestre santiaguista don Juan Pacheco y materializada por don Pedro López de Porres, Comendador de Mérida, quien eligió el asentamiento por sus buenas condiciones naturales. El caserío se asienta al abrigo del cerro de la Cruz, quedando limitado al norte por unos cimientos constructivos llamados Los Paredones o Muralla romana, correspondientes a la gran charca o albuhera existente en otro tiempo en ese punto, hoy restaurada para el abastecimiento de agua a la localidad, y utilizada también como lugar muy propicio para la pesca.

En 1659 don Benito Mateos Murillo, cura párroco de Esparragalejo informa sobre la ruina del lugar a consecuencia de la Guerra de Restauración con Portugal (1640-1668), debido a que “el beneficio curado estaba muy acabado y disminuido de vecinos que cada día se van más a otras partes por las invasiones, correrías y entradas que cada día hace el enemigo rebelde de Portugal”, pidiendo que el beneficio curado de Esparragalejo se uniera al de La Garrovilla.

TIERRAS FÉRTILES

Me acerco ahora al año 1751, cuando se confecciona el Catastro de Ensenada, al que dan respuestas Luis Nieto Guerrero, cura propio de la Iglesia Parroquial y Francisco Ximénez Bote, alcalde, expresando que Esparragalejo es jurisdicción de la ciudad de Mérida, y que dicho lugar es del territorio de la Orden de Santiago, que pertenece a S.M. como administrador perpetuo de la mencionada Orden. Que el término tiene una superficie de setecientas fanegas de tierras de labor y son de secano. Junto con dos olivares. Los frutos que se cogen en el término son de trigo, cebada, habas, avena, garbanzos, aceituna y bellota. Que hay un molino de aceite, propiedad del Marques de Espinardo (don Diego Manuel de Vera Fajardo y Varona).

El lugar se componía de ochenta y nueve vecinos en ochenta y una casas. De los Propios del lugar se pagaban al cura treinta y nueve reales de los derechos parroquiales de la fiesta de Nuestra Señora de la Salud. De la función de la Candelaria noventa. Del gasto de romería cuando se hace de Ntra. Señora de la Salud, que asiste el Concejo, cincuenta reales. Que en el lugar había tres sacerdotes, incluso el cura párroco. El franciscano fray Juan Mateo Reyes Ortiz de Thovar, consideró en 1779 que sus tierras eran fértiles en pan, ganados, caza, miel, frutas y legumbres.

Pascual Madoz escribe, en 1847, sobre Esparragalejo, “su clima es cálido y sano. Tiene cuarenta y tres casas de un solo piso, sin comodidad y de poca sólida construcción, por cuya razón se dedican sus vecinos a la reedificación con dos pisos. Sus calles están poco ordenadas, pero se encuentran dos en regular estado con bastante amplitud, empedradas naturalmente por estar sobre piedra de grano, y aunque son limpias su piso es húmedo. Hay casa de Ayuntamiento, Pósito y Cárcel en el mismo edificio amenazando ruina. Escuela de niños a la que asisten dieciséis.

Iglesia parroquial dedicada a Ntra. Señora de la Concepción, curato de entrada y provisión del tribunal especial de las Órdenes Militares como perteneciente a la de Santiago, y en las afueras, al sur, el cementerio, establecido en la antigua ermita de este santo (Santiago), utilizada como capilla. Se surte de aguas potables en dos fuentes perennes. El ganado tiene su abrevadero en una hermosa charca con la correspondiente muralla de argamasa bastante deteriorado; era muy nombrada por la abundancia y finura de las tencas y pardillas que criaba, cuya pesca se ha extinguido sin que se sepa la razón. Los caminos vecinales en buen estado, admiten carros. Produce trigo, cebada, habas y garbanzos. Se mantiene ganado lanar, vacuno cerril y el necesario para la labor, y se cría abundante caza menuda. Población cincuenta y dos vecinos, doscientas diez almas.

ERMITA DE LA VIRGEN DE LA SALUD

Se encuentra a cuatro kilómetros de la localidad, al nordeste en el sitio que se conocía como La Espadaña actualmente finca la Ermita. Se cree pudo ser construida en 1549. De modestas proporciones, en sus inicios contaba con una pequeña nave, cubierta de vigas de maderas y cañas. Sus muros que han prevalecido, son de mampostería, reforzada con seis contrafuertes unidos al paramento.

La imagen se situaba en una hornacina en la pared bajo la cual estaba situado el altar de mampostería. En la pared de la fachada y sobre la puerta, se levantó una espadaña donde se colocó una campana. En 1701 se pintó con motivos florales todo el interior, no conservándose en la actualidad esas pinturas. En 1748 se le añadieron a la capilla bóveda y linterna. En 1805 la ermita sufrió un derrumbe el tejado de la nave principal, quedando en pie los muros, la sacristía y la capilla mayor. Fue en 1942 y años posteriores cuando se acometió una importante reforma, reparándose los muros, bóvedas y cubierta. Portal, presbiterio, altar, retablo, pavimento y pintura.

En la ermita se celebra cada primer domingo de mayo, la romería en honor a la Virgen de la Salud, trasladando su imagen desde el templo parroquial hasta la ermita. Las fiestas patronales del municipio también son en honor a la Virgen de la Salud y son celebradas la semana posterior a la Semana Santa. Existe una gran devoción por la Patrona de Esparragalejo, de la que es su Alcaldesa Perpetua.

IGLESIA DE LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN. SAN ANTONIO DE PADUA

Su construcción se fecha a comienzos del siglo XVI. Edificio de medianas proporciones, en mampostería y sillares, con torre fachada al frente, cuyo cuerpo superior o de campanas, más estrecho, se evidencia como actuación posterior. En su base se abre una portada. Al mediodía se abre otra del XVII, obra clasicista, con hornacina superior, hoy vacía.

Entre sus piezas para la liturgia destaca una custodia de plata atribuida al taller del orfebre emeritense Lucas de Tapia. Contiene la inscripción: “Esta custodia se acabó, año 1730. Siendo cura el señor don Luis Guerrero, caballero de la Orden de Santiago”. En el nudo, labrados a relieve, figuran San Bartolomé, San Pedro, la Inmaculada y San Pablo. Asimismo conserva un Hostiario hecho en plata con la marca de Rueda, por lo que la obra puede atribuirse a Diego de Rueda o Juan de Rueda, plateros emeritenses en el siglo XVII.

El interior del templo parroquial es de amplia nave única, con cubierta de crucería dividida en dos tramos, uno de los cuales corresponde a la cabecera. Entre la parquedad de contenido artístico, destacan diez pinturas sobre tabla y lienzo del retablo de la Inmaculada al lado del Evangelio (siglo XVII, probablemente de un taller emeritense), con Santa Inés enseñando a leer a la Virgen María. Santa Lucía con ojos dentro de un recipiente y palma del martirio. Santa Catalina con libro y rueda de martirio. Santa Cecilia con un órgano en sus manos. Santo Domingo con una azucena y cruz. San Pedro con su atributo más característico, las llaves. San Francisco de Asís con estigmas, calavera y rosario. San Pablo con la espada. Y una mártir sin identificar con un corazón en llamas y palma del martirio.

Pero sobre todo, la talla tardo-gótica de la Virgen de la Salud. La Virgen en pie sostiene al Niño en sus brazos. Destaca los pliegues de la túnica. La imagen fue arrinconada y abandonada a mediados del siglo XVIII, siendo sustituida por otra que hoy se sitúa al lado de la Epístola. Fue restaurada en los años setenta del siglo pasado por José Rodríguez Rivero-Carrera (1927-2019), restaurador y profesor de Bellas Artes en la Universidad de Sevilla. En la actualidad figura en el presbiterio junto a las imágenes de un crucificado, San José, la Inmaculada Concepción y San Blas.

Al lado de la Epístola y junto a la puerta que da al mediodía, sobre una mesa está la imagen de San Antonio de Padua. Se trata de una talla de bulto redondo, 1,20 mts, de altura, en madera policromada y escayola. El santo paduano está arrodillado sobre una nube en la que están las Sagradas Escrituras y varias cabezas de angelotes. Sostiene en sus brazos el Niño Jesús. Se advierte su cronología en el siglo XX, que bien pudo sustituir a otra que estuviera en algún retablo. Son apreciables varias grietas en el rostro del santo, precisando por ello una urgente restauración.

Esparragalejo por su proximidad a Mérida estuvo bajo el influjo, carisma y predicación franciscana de dos conventos emeritenses: Nuestra Señora de la Antigua y San Francisco.

Acudo por ello a la obra de fray Hipólito Ámez Prieto (ofm). El primero de ellos fue fundado en 1578, perteneciente a la provincia de San Gabriel de los descalzos franciscanos, reformados por San Pedro de Alcántara. Tomaron la ermita de Nuestra Señora de la Antigua, propiedad de la Orden de Santiago. Su imagen titular era estimada en Mérida por su mucha devoción. Debido al deterioro de su fábrica fue trasladado al convento del Arrabal del arco de Trajano, junto a la iglesia de Ntra. Señora del Carmen, edificándose hacia 1737. La ermita de la Antigua se localiza en la actualidad al finalizar la Avenida Juan Carlos I, junto a un parque. Y el convento adscrito a la iglesia del Carmen se convirtió en Hospital Psiquiátrico.

El segundo convento, el de San Francisco fundado en 1529. Su iglesia fue consagrada en 1536, perteneció a la Provincia de San Miguel de los observantes desde 1548. Este convento tras la desamortización y exclaustración, fue convertido en 1887, en el conocido Mercado de Calatrava, manzana que limitan las actuales calles de Santa Eulalia, San Francisco y Félix Valverde Lillo.

Frente al templo parroquial de Esparragalejo y junto al Ayuntamiento se sitúa la Casa Parroquial, edificación popular con portada granítica de buena labra, comienzos del siglo XVI, representativa del modelo de casa labradora común en el pueblo.

NOTA.- Hay un error en la edición de la primera fotografía puesto que no se corresponde con el templo parroquial de Esparragalejo.

FUENTE: https://www.facebook.com/manuel.garciacienfuegos

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