POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
La Revista La Voz de San Antonio fue fundada en 1895 por la Provincia Bética Franciscana. El artículo que he escrito se inserta en el núm. 1.895 (mayo-junio 2023) en las páginas 112-115, dentro de la sección “Con voz propia”, en él hablo de presencia del santo paduano en la llamada “Capilla sixtina de Extremadura”. Acudo a una parte de su texto.
Dejo, en la ocasión que me ocupa, el verdor y las fértiles huertas de las Vegas Bajas del Guadiana, viajando en largo paseo paduano hasta la ermita de la Virgen del Ara. Ahí, al llegar a Mérida, por la Vía de la Plata, ruta antigua, entro en la Tierra de Barros. Un mar de viñas y olivares en la proximidad y lejanía. Tierras que aguardan y esperan. Que unen pueblos y gentes. Que unen lo comercial y los afanes. Creencias y convicciones en los quehaceres de la vida. En esta Extremadura nuestra, antigua, sabia y hermosa tierra. A la altura del desvío hacia Zafra, ciudad de tratos y mercados, tomo la carretera que lleva al viajero a la califal Córdoba.
FUENTE DEL ARCO. AQUÍ COMIENZA EXTREMADURA
La imagen del santo paduano que busco está en las tierras que llaman de la Campiña Sur de Extremadura, en el reino de las grandes planicies, alteradas a veces por ligeras ondulaciones del terreno. Comarca cerealista por excelencia. Trigo, avena y cebada. Mis pensamientos me llevan a una triste noticia: “La sequía arrasa la cosecha del cereal en la Campiña Sur”. La falta de lluvias y los precios arrastran a los agricultores a una situación límite. Desde la sencillez se pide hacer rogativas. Todos imploramos el agua.
Fuente del Arco se asienta en la vertiente norte de la Sierra del Viento. Se tienen noticias que en época antigua a este núcleo de población se le daba el nombre de Contributa, que junto a Regina Turdulorum (Casas de Reina) y Arsa (Azuaga) eran sus ciudades más importantes.
En 1241 las tropas de la Orden de Santiago conquistaron Fuente del Arco a los musulmanes convirtiéndola al cristianismo. Según las crónicas, su fundación fue en los términos de la conquista de Reina por el Maestre de Santiago Pelayo Pérez Correa, a la sazón de la famosa batalla de Tentudía, en 1270, en la que parando a descansar, pinchó su espada en la tierra y comenzó a manar abundante agua, encontrando una fuente, a la que mandó construir una pila con un arco de vistosa y fuerte arquitectura al que debe su nombre la villa.
ERMITA DE LA VIRGEN DEL ARA. MUDÉJAR EXTREMEÑO
El santuario se encuentra situado en las estribaciones de Sierra Morena, a unos siete kilómetros de Fuente del Arco; en la Sierra de la Jayona, próximo a la mina de su mismo nombre, declarada Monumento Natural. El paraje que circunda la ermita resulta ser de gran riqueza paisajística y arqueológica, aflorando sobre todo restos romanos. El origen del santuario es incierto por la escasez de documentación aunque existen varias hipótesis como la leyenda del Rey Jayón en la que se habla de la conversión de un reducto islámico tras la aparición de la Virgen. O la que relaciona la edificación del templo con la existencia de una primitiva fundación conventual, aunque no pueda desecharse la posibilidad de la existencia de algún núcleo romano o visigodo en el lugar, relacionados con el pasado de explotaciones mineras de la zona. Son otros los que apuntan la hipótesis que la obra fuera mandada a edificar por el prior santiaguista García Ramírez a finales del siglo XIV y principios del XV.
El conjunto edificado consta de ermita, sacristía, y diversas estancias como son bodega, caballerizas, casa del ermitaño, etc. La ermita es un edificio sencillo de una sola nave dividida en tres tramos por arcos fajones y cubierta con bóveda de medio cañón; la cabecera ore una sencilla bóveda de crucería. El elemento más destacado del conjunto viene dado por la galería porticada existente en los lados sur y oeste del templo, galerías que, según las fuentes históricas, informan que presentaban dos cuerpos de los cuales tan sólo ha llegado hasta nosotros el nivel inferior. Se trata de un pórtico realizado con ladrillo, obra del siglo XV, conformado por arcos de medio punto peraltados, enmarcados por alfiz y apoyadas en pilares octogonales con capitel sencillo de dos molduras cóncavas y una convexa entre ambas. Muestra numerosas transformaciones producidas desde su construcción que han alterado su estructura inicial, a pesar de ello es una interesante ejecución del mudéjar extremeño.
SAN ANTONIO EN LA CAPILLA SIXTINA DE EXTREMADURA
En 1736, se finalizaron las pinturas de la bóveda del santuario, con un magnífico programa iconográfico desarrollado sobre la bóveda, de autor desconocido. Por estas fechas debió colocarse el retablo mayor de estilo barroco. El camarín, se terminó a finales del siglo XVII y principios del XVIII. La obra exigió la ampliación de la antigua sacristía, prolongándose más allá del espacio ocupado por la capilla mayor hasta el límite del propio camarín. Éste se terminó a finales del XVII y principios del XVIII. El retablo que ocupa la Capilla Mayor es de tres calles y estilo barroco de la centuria del dieciocho, con profusión de elementos escultóricos casi de bulto redondo y claras influencias andaluzas. En la calle central, a los pies de la imagen titular, se sitúan las imágenes de bulto redondo del rey Jayón y su hija Erminda,
La bóveda de la nave acoge la historia de la creación, paraíso, destierro, hijos de Adán y Eva. Abraham en su encuentro con Melquisedec hasta el sacrificio de su hijo. El Diluvio, la Torre de Babel, el sacrificio de Noé. Isaac y Rebeca. Y un Vía Crucis en el zócalo. El variado repertorio de escenas bíblicas, cuya estructura evoca la de San Pedo de Roma, ha hecho que la obra sea conocida como “La Capilla Sixtina extremeña”. La ermita de la Virgen del Ara, ha sido declarada Bien de Interés Cultural con la subcategoría de Monumento de Interés Cultural. En el arco toral se sitúan dos altares, en la Epístola un crucificado, y en el Evangelio San Antonio de Padua, que sostiene en su mano izquierda, sobre la Sagradas Escrituras, el Niño Jesús. Obra de buena hechura, labrada en tiempos del barroco, que nos habla de lo extenso que fue el carisma franciscano que abrazó el santo paduano y de tanto bien hecho en estos lugares.
De Fuente del Arco, escribe el franciscano Juan Mateo Reyes Ortiz de Tovar, que el provincial de San Miguel (año 1589), fray Martín Roque, había nacido en él. También fray Francisco Calderón, Provincial de aquella en 1647. Y natural de Reina, fray Luis de Reina, fundador de Santa Elena de franciscanos observantes de Llerena, año 1426. La cercana Llerena cuenta con un amplio arrabal, llamado de San Francisco y San Antonio. Del primero porque en él estuvo el convento de San Francisco, antes llamado de San Buenaventura, una de las instituciones religiosas más influyentes de la ciudad. Y sobre el segundo, en la fachada de la casa número 40, informa el cronista oficial, Luis Garraín Villa, hay una hornacina con un azulejo portugués, con la imagen del santo, colocado a mediados del siglo XIX. Pero aún hubo un tercero que fundaron los franciscanos descalzos o alcantarinos, levantando casa junto a la ermita de San Sebastián.