POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ).
La Revista La Voz de San Antonio, fundada en 1895 por la Provincia Bética Franciscana, su director es fray Antonio Arévalo Sánchez (OFM), publica un artículo que he escrito para el núm. 1.885. En la publicación se hace un recorrido histórico sobre la villa obandina y su entorno. Con especial énfasis para la imagen del santo paduano y el cercano convento de franciscanos alcantarinos de San Isidro de Loriana.
Los documentos de la parroquia de San Ildefonso nos acercan a la religiosidad y piedad popular que se agrupaban alrededor de cinco cofradías que tenían como titulares a San Ildefonso, Santa Cruz, Ntra. Señora de la Concepción, Ntra. Señora del Rosario y San Antonio de Padua. Algunas de las imágenes titulares de estas cofradías que se conservan actualmente, intuyo procedan del cercano convento franciscano de San Isidro de Loriana, desaparecido tras las graves secuelas que produjo la acción bélica frente a los franceses, y posteriormente con la Desamortización y Exclaustración del s. XIX.
Las imágenes situadas en el ático del retablo mayor, San Francisco y San Ildefonso, que preside el Cristo de la Piedad vislumbran esa procedencia. Asimismo la de San Antonio de Padua, situada a la izquierda del primer tramo de la nave del templo parroquial. También la Virgen del Rosario que se venera en el baptisterio. ¿Acaso esta última imagen sea la patrona de aquel monasterio franciscano bajo el título de Virgen de la Paz que describió el geógrafo Tomás López a finales del siglo XVIII?
El San Antonio obandino, de factura barroca, está de pie, sostiene en su brazos al Niño Jesús. Tiene una aureola argentífera sobre su cabeza. La devoción a San Antonio de Padua que sembraron los franciscanos de Loriana, aún permanece en la pastoral, pues ante la llegada de la festividad del paduano, en junio, la comunidad parroquial se reúne en solemne función litúrgica, dando gracias por el testimonio que San Antonio dejó como bienhechor en nombre de Dios, que tanto hizo por los pobres y necesitados. Agradezco a don Pedro Solís Baisón, párroco de Puebla de Obando, su amabilidad y cercanía para acceder al templo parroquial.