POR ANTONIO SÁNCHEZ MOLLEDO, CRONISTA OFICIAL DE MALAQUILLA (ZARAGOZA).
Son muchas las ciudades y pueblos de España y America que celebran a San Isidro. Malanquilla es uno de ellos. Los agricultores y las gentes del campo han confiado en él en épocas de sequía y han puesto bajo su amparo y protección sus cosechas.
Lo primero que llama la atención es cómo un hombre sencillo, de campo, llega a ser santo y además, por aclamación popular. No era un sabio letrado ni procedía de una familia poderosa. Muy al contrario, no tenía ni tierras propias y pasó su vida a las órdenes de terratenientes de la época, en cuyas fincas trabajaba. Un hombre humilde y sencillo se hizo merecedor de la santidad a base de oración y fe.
Se da la rara peculiaridad de que el Concejo de la villa de Madrid lo adopta como patrón ya en 1212, siglos antes de su canonización, llevada a cabo por el Papa Gregorio XV, en la basílica de San Pedro del Vaticano, el 12 de marzo de 1622, junto a San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier, Santa Teresa de Jesús y el italiano San Felipe Neri. Aquélla histórica canonización de hace 400 años, es considerada como un hito diplomático de la Monarquía Hispánica regentada por Felipe IV quien se tuvo que emplear a fondo hasta lograr el objetivo.
El 23 de diciembre de 1562 se inicia de forma oficial el proceso de canonización de San Isidro. Felipe II es informado y el monarca, piadoso y coleccionista de reliquias, que ya había sido curado de unas fiebres -en su infancia- por el agua milagrosa del Santo, escribe a su embajador en Roma para que se interese ante el Papa Clemente VIII por el proceso de canonización.
La muerte de Felipe II en 1598, gran defensor de la causa, hace que se paralice el proceso.
En 1611 Felipe III vuelve a interesarse ante el Sumo Pontífice, pero no es hasta el 14 de juniode 1619 cuando el Papa Paulo V firma el Decreto Apostólico declarando Beato a Isidro. La noticia fue recibida en la villa de Madrid con muestras de júbilo pero por encontrarse el Rey Felipe III en Lisboa se consideró un aplazamiento de las celebraciones populares hasta el 15 de mayo de 1620. Ese día el propio monarca acudió –a las 10 de la mañana- a la Iglesia de San Andrés donde se encontraba enterrado el nuevo Beato. Los fastos en la Plaza Mayor se prolongaron durante varios días.
Uno de los milagros considerados en el proceso de canonización se produjo precisamente cuando el Rey Felipe III regresaba de Lisboa. En Casarrubios del Monte, el 16 de noviembrede 1619, cayó enfermo y el Ayuntamiento de Madrid acuerda enviar el cuerpo incorrupto de San Isidro, quedando expuesto en la iglesia mayor de Casarrubios. Unos días después, el 25, el Rey recayó y se decidió llevar el cuerpo de San Isidro hasta su misma alcoba, iniciándose una notable mejoría desde el día siguiente hasta su restablecimiento total.
El Papa Paulo V estaba determinado a canonizar a Isidro pero lo impide su muerte acaecida en 1621. Le sucede Gregorio XV y éste ya si firma el Decreto de canonización y fija la fecha del sábado 12 de marzo de 1622, festividad de San Gregorio Magno.
(Documentación aportada por el libro San Isidro de Madrid, de Sánchez Molledo y Jimenez Calvo)