POR JOSÉ JULIO ORTIZ CHISVERT, CRONISTA OFICIAL DE COBEÑA (MADRID)
Ayer se celebró la festividad de San Isidro labrador y como todos los años nuestro magnífico párroco bendejo los campos de nuestro término municipal, esta vez desde la dehesa y sin la presencia de los fieles ni de la imagen que cada año se saca en procesión.
Hemos cesado, desde hace muchos años, de celebrar esta festividad que en Cobeña siempre ha sido un «día grande», a pesar de no estar considerado festivo como tal, pero al haber sido Cobeña siempre un inminente pueblo agrícola, estos, los agricultores siempre han conmemorado este día con procesión de la imagen del santo y refresco en la plaza con limonada, bollos y música. Pero ¿Quién era San Isidro?
San Isidro, “Isidro de Merlo Qintana”, era un mozárabe que nacería en el Madrid musulmán, allá por el año 1083 y que tras la conquista por el rey Alfonso VI de Castilla de ese مجريط Maǧrīţ árabe, estuvo al servicio de la familia de los Vargas, nobles que ayudaron al rey en su campaña reconquistadora. Estos nobles fueron premiados por el monarca con propiedades y tierras a lo largo del río Jarama, desde Uceda hasta Velilla de San Antonio. San Isidro trabajó para Iván de Vargas principalmente en torno a la población de Madrid y sus alrededores.
Está documentado que San Isidro trabajó en la alquería Eraza, sita en el término madrileño de Talamanca y en otras tierras de la cuenca del río Jarama que eran propiedad de los Vargas, pasando por Torrelaguna, Caraquiz, Cobeña, «de donde Hernán Sánchez de Vargas fue señores”, o Ajalvir.
La tradición nos cuenta que en Cobeña conoció a María Toribia Cabeza, natural de nuestra villa, con la que se casó en Torrelaguna y tuvo un hijo.
No será hasta el año 1504, cuando se conozcan detalles de su vida al descubrirse un códice encontrado en la Iglesia de San Andrés, de Madrid, escrito a finales del S. XII. Fue canonizado en el 1622 por el Papa Gregori XV. Gozaba de una gran tradición oral a cerca de sus milagros, (no institucionalizados), atribuyéndose a Fray Domingo de Mendoza, comisario nombrado por Felipe II para la canonización, la reconstrucción de la biografía del Santo que ha llegado hasta nuestros días.
Entre nosotros hemos podido disfrutar de la presencia de Rafael Maldonado De Guevara Delgado, descendiente de la familia Vargas y que ha participado en conferencias dadas en nuestra villa en colaboración con la concejalía de cultura del Ayuntamiento.
El cuerpo de San Isidro se encuentra incorrupto en un cofre del que la familia de Rafael Maldonado De Guevara Delgado poseía la cuarta llave.
De nuestra Santa, Santa María de la Cabeza, su esposa, diremos que vivió también en Torrelaguna, donde la tradición dice que se casó con Isidro. A su muerte su cuerpo estuvo en la Ermita de Nuestra Señora de la Piedad, más tarde llamada Ermita de Santa María de la Cabeza, santuario mariano más antiguo de la provincia madrileña.
En el año 1946 se detuvo a un individuo en «El Rastro» madrileña que trataba vender un cofrecito que contenía restos óseos donde se leía: «Reliquia de Santa María de la Cabeza», conteniendo huesos de cráneo de 4 por 4 centímetros y varios trozos de hueso ilíaco.