POR FRANCISCO ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES-ARRIONDAS (ASTURIAS)
Como es tradicional cada primer domingo de mayo, celebra hoy Romillín su fiesta patronal en honor a San José.
Su capilla consagrada al carpintero -esposo de María y padre putativo de Jesús- es del siglo XVIII, en el mismo estilo barroco popular que la de Romillo, aunque en este caso está adscrita a la parroquia de San Pedro de Villanueva.
Visitada por muchos de los caminantes que transitaban por el Camín de la Reina -desde Oviedo a Covadonga- presenta nave única, cabecera recta, sacristía añadida al muro posterior y pórtico a sus pies, cerrado éste en sus laterales norte y sur, con verja exterior que apoya en un murete de mampostería vista y puerta de forja. Una amplia puerta de entrada -en arco de medio punto- se abre en dicho pórtico y, sobre ella, se dispone un óculo en el frontal de mampostería vista, por encima del tejado del pórtico. El remate lo hace en espadaña de un solo ojo, con su campana.
La nave lleva bóveda de cañón y la entrada al presbiterio se realiza por arco de triunfo de medio punto, el cual descansa en dos capiteles imposta. En la parte izquierda del muro testero se abre la puerta adintelada que da acceso a la sacristía. La capilla aparece enlucida y pintada en blanco -con detalles en azul en su interior, además de los lunetos de la bóveda del presbiterio-. Los esquinales y cerco son de sillar. El tejado aparece renovado y cuidado, tanto en la cubierta a dos aguas de la nave y la sacristía, como en la de tres del pórtico. Recibe la luz exterior por tres vanos abiertos en ventanas de sillar, en arco de medio punto. Perdió en la Guerra Civil un retablo bastante interesante.
En el archivo diocesano se conserva documentación de esta capilla desde 1819 hasta 1917.
Otro capítulo aparte se merece la escuela de Romillín, que hace más de un siglo fue de las primeras de Asturias que acogió la pedagogía inspirada en las ideas del Padre Manjón, en Granada.
A esta escuela del Ave María en nuestro concejo dedicaré un capítulo de los cien que componen las “Memorias del concejo de Parres 1835-1985”.
Las muchas veces que oí hablar a mi padre -en sus 96 años de vida- de su maestro en Arenes don José Pedraces -del que conservaba un extraordinario y gratísimo recuerdo- se merece más que una cita pasajera.