LA POCA ASISTENCIA A LAS FIESTAS DE SAN LÁZARO DERIVÓ EN UN SONORO FRACASO. POR PEPE MONTESERÍN CORRALES, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Los naufragios culturales son moneda común (ni moneda siquiera), aunque jamás lo confesamos; por eso me sobrecogió la noticia del “fracaso total” de las fiestas de San Lázaro, en Oviedo.
Parece imposible que a una romería que organizan los vecinos de un barrio no acudan ni los vecinos; otra cosa sea que en estos eventos folclóricos, cuando la asistencia es poca, el reportero piadoso, requerido por la comisión de festejos, suela ser indulgente, disimular las carencias y convertir las caras largas en alegrías y la soledad en serpentinas.
Por eso me asombra que los propios y frustrados organizadores, sin disimulos ni paños calientes, hagan autocrítica y reconozcan su desacierto y la consiguiente ruina.
Seguramente no han divulgado de manera adecuada que, aunque en ese barrio de San Lázaro hubo malatería, o sea, hospital de leprosos, la lepra (como la literatura) no es tan contagiosa como se cree.
Fuente: https://www.lne.es/blogs/la-mar-de-oviedo/san-lazaro-no-resucita.html