POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ).
Blas Molner Zamora justifica su obra en la figura sedente de la Madre de la Virgen María, que la acoge en su regazo, descubriendo la escuela barroca sevillana que sabe armonizar el majestuoso realismo, potenciado por los volúmenes y con la delicadeza de la escena. Razona el Museo de la Catedral de Badajoz la presencia de esta obra como la ‘Pieza invitada del mes’, al ser una de las esculturas más destacadas de la Baja Extremadura en la segunda mitad del siglo XVIII.
Santa Ana con la Virgen Niña formó parte de la exposición Gratia Plena (150 Aniversario de la declaración dogmática de la Inmaculada Concepción) que se celebró en la Catedral de Badajoz en 2005. Muestra organizada por el Arzobispado Mérida-Badajoz, de la que fue comisario Francisco Tejada Vizuete (qepd), doctor en Historia del Artes, académico de número de la Real Academia de Extremadura y Correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, director del Museo de la Catedral de Badajoz y delegado episcopal para el Patrimonio, entre otros muchos cargos.
ERMITA, COFRADÍA Y ENCARGO DE UNA NUEVA IMAGEN
Por el testamento de la beata Marina Sánchez, junio de 1583, llegan noticias de la existencia de una ermita con el nombre de la madre de la Virgen María, situada en la proximidad hoy de la montijana Puerta del Sol. Dos siglos después de aquella noticia, se sitúa a Santa Ana y su cofradía en el templo de San Pedro Apóstol, al encontrarse su ermita en ruinas, siendo demolida en 1781. Ya en 1777 fue trasladado su retablo. Siendo en 1782 cuando se adquiere una nueva imagen (la anterior imagen era de vestir con un niño Jesús en sus brazos. Varias datas (pagos) del libro de cuentas de la cofradía así lo confirman por adquisiciones hechas a mercaderes y tenderos, como Manuel Gil Martín, Juan Gragera, Domingo Casado y Vicente Núñez). Nueva imagen que labra Blas Molner, vecino de la ciudad de Sevilla, en mil trescientos treinta reales. Y quinientos ochenta y siete reales al platero Manuel Sánchez Álvarez Burrero por la corona y resplandor que hizo para la imagen. Álvarez Burrero (1745-1789) era hijo del orfebre Manuel Sánchez Burrero (1715-1788) y de su primera mujer Catalina Gómez. Se documenta como contraste en la ciudad de Badajoz, en Talavera la Real, Villar del Rey y Montijo.
HECHA EN MADERA TALLADA, ESTOFADA Y POLICROMADA
Blas Molner, para el grupo escultórico de Santa Ana con la Virgen Niña sobre sus rodillas (hecha en madera tallada, estofada y policromada), atempera la blandura levantina, favorecida por la estética rococó, bajo la luz más contrastada de Sevilla. Santa Ana, sentada en un sillón, inclinando ligeramente la cabeza hacia el lado derecho, en actitud de contemplar a la Niña que, casi de perfil y sujeta sobre la pierna izquierda de su madre, alarga su pequeño brazo a la vez que dirige su mirada hacia el encuentro con la de la madre, que le acerca una sandalia a la diestra.
Santa Ana lleva túnica y toca que se ciñe al óvalo del rostro, desciende por el cuello y ocupa la generosa escotadura de la túnica. Sobre la toca se coloca el manto que, tras amplia y curvada caída bajo el brazo derecho, cruza su delantera y case sobre las piernas casi el ruedo mismo de la túnica. La fina decoración floral sobre manto, túnicas y toca de la policromía contribuye, junto a la delicada talla del conjunto, a crear esa atmósfera evanescente tan propia del estilo.
BLAS MOLNER ZAMORA, (VALENCIA, 1737-SEVILLA, 1812)
Escultor, exponente del neoclasicismo sevillano. Discípulo de Cristóbal Ramos, cofundador y profesor de la Escuela de las Tres Nobles Artes, institución hispalense de la que llegó a ser director. Molner se hace presente en la portentosa imagen de Cristo amarrado a la columna en el convento zafrense de clarisas franciscanas de Santa María del Valle. En Mérida, con el Cristo de las Injurias y en el Cristo de la Expiración, en la parroquia de Ntra. Señora de los Remedios de Zahinos. Autor de varias imágenes procesionales de la Semana Santa de Sevilla. Restauró en 1775 la corona de espinas de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder. Realizó en 1787 las estanterías del Archivo General de Indias, colocadas en la planta del edificio de la Casa Lonja de la capital hispalense, siguiendo los dictados de Alonso de Villanueva arquitecto de la corte. El material empleado para su construcción fue la madera de caoba y el cedro macho, llegadas de la isla de Cuba.