POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Él se llamaba Joaquín, era hijo de Malat y de Estha y vivía en Nazaret. Ella se llamaba Ana, era hija de Matán y de Emerenciana y vivía en Belén. Se conocieron, se enamoraron, se casaron y tuvieron una hija que se llamó MARÍA que, desposada con José, fue la madre de JESÚS DE NAZARET. En fin, todo este rollo documental para decir que JOAQUÍN Y ANA fueron los abuelos maternos de Jesús y que la Iglesia cristiana, al menos desde el siglo VI, los venera como santos asignándoles el patronazgo sobre los «ancianos» y los «abuelos».
Es decir: sobre los VIEYOS.
La devoción a estos santos se extendió fácilmente por Europa y a Colunga debió «llegar» hacia el siglo XV o mediados del XVI pues en el siglo XVII ya consta que en la villa existía un Hospital-Albergue de peregrinos a Compostela anejo a la Capilla donde se veneraba a Santa Ana. Precisamente en ese Albergue, desde 1630, prestó servicios de atención a los romeros jacobeos Joseph de Misso, el náufrago italiano que difundió en Colunga la devoción a la Virgen de Loreto.
La veneración a Santa Ana, en Colunga, tenía, «como no podía ser de otra manera» (frase imbécil tan utilizada por la clase política y periodística actual), las dos vertientes típicas de toda fiesta popular: la parte religiosa (novena previa y misa solemne en la Capilla de la Santa) y la parte profana o de «folixa», con verbenas, romería, bailes y demás consecuencias.
Empecemos por el recuerdo de la parte religiosa.
Los cultos (novena y misa solemne) se hacían en la Capilla donde estaba la imagen de la Santa. Como se trata de una edificación pequeña, incapaz de albergar a muchos fieles, se habilitaban sillas en el exterior de la Plaza adjunta para comodidad de los fieles. A partir de los primeros años del siglo XX, siendo don Francisco Suárez Bustillo coadjutor-organista de la parroquia de San Cristóbal el Real de Colunga, se cantaba un himno (con letra y música de don Francisco) en honor de la Santa. Un himno «casi perdido» y que hemos podido rescatar gracias a la «memoria histórica» de Marita Gutiérrez Victorero. Esta es su letra:
«Madre de María,
ascendiente del Señor,
oye, bondadosa,
nuestra petición.
Quien desee paz y alegría
de este mundo, en el erial,
a la madre de María
busque con amor filial.
Y en Jesús, José y María
juntamente lo hallará.
¡Viva Dios que así quiso bajar!
¡Viva Dios que nos vino a salvar!
Finalizada la misa los asistentes que sabían hacerlo bailaban la danza prima en la misma plaza donde se ubica la capilla.
La fiesta profana -romería y verbena- tenía un protagonismo «de vieyos» con música de organillo y, pasados los años, con música de «altavoces» como «El Risueño», manipulado con maestría por Isaac Suárez. Lo decían los cantares de la época:
«Todos los coxos
van pa Santa Ana;
y p´alla voy yo
con la pata galana».
¡Válgame el señor San pedro
y la Virgen Soberana!
Venimos de la foguera
de la señora Santa Ana.»
Hoy, 26 de julio, es la festividad de San Joaquín y de Santa Ana. Fiesta de vieyos y de recuerdos.
Y de un himno colungués a la «güela de Jesús de Nazaret» que va a perderse si dejamos que el olvido y la apatía nos domine.
Me atrevo a pedir al Sr. párroco y a toda la Comunidad Parroquial colunguesa un pequeño esfuerzo para recuperar en letra impresa ese himno que es patrimonio de nuestra historia. Solamente necesitamos un experto que escriba la partitura; la letra ya está publicada aquí e imprimir el documento no cuesta dinero.
¿Alguien puede prestar su ayuda musical?
¡FELIZ DÍA DE VIEYOS!