POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN)
En la tarde de ayer, sentado en los últimos bancos de la Iglesia de San Andrés, “descubrí”, en una de las capillas, la de San Marcos. Un santo que tuvo su tradición, hoy perdida, dentro del Calendario Festivo Religioso de la localidad.
Se celebraba una misa en honor del santo. Se colocaban unos “escriños” con numerosas rosquillas, que se bendecían. Algunas de estas rosquillas se le colocaban en el brazo a la imagen del santo para procesionar; el resto se entregaba en trozos pequeños a los fieles y vecinos. Se rezaba un padrenuestro antes de comérselo.
Después se realizaba la procesión del santo por las calles de la localidad.
Al terminar la procesión grupos de zagales se dedicaban a visitar los comercios de la localidad, a la puerta de los establecimientos cantaban:
Santo san Marcos
y veremos dominé
si no nos echan
a “perrilla” la pedrá.
Los comerciantes se habían aprovisionado de calderilla o caramelos que arrojaban a los niños formándose el tremendo alboroto para ver quién podía hacerse con algunas monedas o caramelos. Aquellos comerciantes que se hacían “los remolones”, tenían allí la chiquillería, que a cada minuto de demora se iban enfureciendo, hasta lograr que echaran el dinero o caramelos.
No he logrado conocer el sentido de la palabra dominé.
Por la tarde era costumbre salir al campo, en familia o parejas de novios, se solía llevar merienda y se aprovechaba para “atar el diablo”. Consistía en hacer un nudo sobre el trigo o cebada verdes, cuyas plantaciones rodeaban la localidad. Este rito simbolizaba el desprecio a las fuerzas del mal, y sirve para que no traigan desgracias, de algún tipo, a las familias. Actualmente los cereales han desaparecido de los campos, pero se continua la tradición de “atar el diablo” sobre las distintas hierbas, o arbustos cercanos a los caminos o carretera. En estos días y duran largo tiempo al pasar por distintos lugares es frecuente encontrar los nudos.
He pedido urgente, al amigo Nicolás, villanovense, afincado en Málaga y con un archivo impresionante del ayer de la localidad, y me ha enviado la foto que adjunto.
En esta ocasión sí podemos decir el refrán de “San Marcos, agua a charcos.