POR PEPE MONTESERÍN CORRALES, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Al sastre de Confecciones Villa le apretaron las hoces de Tineo y a su vez le quedaron grandes las faldas de la montaña.
El abandono del campo provoca la transformación salvaje de las huertas y pastos en monte bajo, que parece transitable pero constituye una trampa. A los peligros de nuestra vertiginosa cordillera hay que sumar, hoy más que nunca, el de empiornarse, enzarzamorarse, enmastuerzarse, enjaramagarse, escaramujarse, enmostajarse, enarraclanarse, enmirtarse, ensargarse, enaladiernarse, encambronarse, enacebucharse, enmajaruelarse, enagracejarse, enmimbrerarse, enaladiernarse, enaligustrarse… Uno enfila un sendero, se angosta, nos cubre su maleza, se divide en ramales, nos extravía, nos araña, enmaraña, nos reduce y nos agota.
También ocurre en la selva de las opiniones y en el páramo del pensamiento; pero ¿alguien, en este caso, acude al 112 para reclamar la ayuda de Protección Civil?
Fuente: https://www.lne.es/blogs/la-mar-de-oviedo/sastres-y-faldas.html