POR MARTÍN SÁNCHEZ GONZÁLEZ, CRONISTA OFICIAL DE GETAFE (MADRID)
El pasado día 3 de febrero, día de San Blas, se han cumplido 145 años de la inauguración del ferrocarril Madrid-Badajoz a su paso por Getafe, inaugurado el 3 de febrero de 1879.
Hoy, este ferrocarril, tras una importante transformación y modernización, se ha convertido en la línea C-4 del tren de cercanías de Renfe, que discurre entre la Puerta del Sol y Parla, con parada en tres estaciones de Getafe: Margaritas, Getafe Centro y Sector Tres. Conecta y vértebra el Sur de Madrid con la capital del reino y mueve decenas de miles de pasajeros cada dia.
Aprovecho esta ocasión, para decir que la primera línea férrea que se construyó en España, fue en el territorio de ultramar, en «La Habana», una provincia española de Cuba, que comenzó el 19 de noviembre de 1837, en el tramo la Habana Güines, aunque su inauguración se adelanto al 15 de noviembre de 1837, para hacerla coincidir con la onomástica de la reina regente Isabel II. El tren recorrió los 28 km de distancia que separaban La Habana de Bejucal.
La segunda linea de ferrocarril en España, fue la línea Barcelona-Mataró, de 29,1 Km. y la tercera, el tramo Madrid-Aranjuez de 43 Km., primer tramo de la línea Madrid-Cádiz, que se inauguró el 9 de febrero de 1851. Al parecer este tramo se licitó antes que el tramo de Barcelona-Mataró, inaugurado el 28 de octubre de 1848.
Debido a la orografía del terreno y a su mayor longitud (43 Km. la de Aranjuez, frente a 29,1 km., la de Mataró) así como tambien debido a los problemas en la ejecución de la obra, al tener que ejecutar grandes movimientos de tierras y ser necesario la construccion de algunos puentes, su inauguración se demoró y se realizó unos dos años despues.
Conviene aclarar, que aunque el primer ferrocarril español, fue construido en suelo bajo pabellón patrio, que fue la línea férrea cubana, ya citada, pero está acreditado, que en 1834 ya funcionaba un ferrocarril minero en la población asturiana de Arnau.
En mis libros de Getafe se encuentra toda la información sobre la construcción de las dos líneas de ferrocarril que pasan por nuestro municipio, e incluyen fotografías de la época, sus orígenes y su evolución histórica.
Relacionado también con el ferrocarril, el gran escritor y dramaturgo español don Enrique Jardiel Poncela (15 octubre 1901- 12 de febrero 1952) tuvo mucha relación con el ferrocarril. Su obra, relacionada con el teatro del absurdo, se alejó del humor tradicional acercándose a otro más intelectual, inverosímil e ilógico, rompiendo así con el naturalismo tradicional imperante en el teatro español de la época. El novelista madrileño escribió una novela muy divertida y genuina, titulada «La Tournet de Dios» en la cual, Dios se aparece nuevamente a los hombres en un lugar muy conocido, cuya identificación revela el propio Dios al Papa, en un sueño. Le dice en ese sueño, que se aparecerá a los hombres en el «Centro del Centro». El Papa cree que el «Centro del Centro» no puede ser otro lugar más que Roma o Jerusalén, debido a sus connotaciones histórico- religiosas; pero Jardiel Poncela, lo lía más y más, en su novela y concluye, que el lugar al que Dios se refiere como el «Centro del Centro» no es otro, que el getafeño Cerro de los Ángeles, Centro Geográfico, según algunos, de la península ibérica, referencia que siempre se ha disputado con Pinto, hasta judicialmente. De todo ello hablo en mi trilogía sobre Getafe, en el Tomó I, dedicado a la historia.
Por tanto, el Papa llegó al lugar indicado por Dios, en un globo dirigible, desde Roma para adelantarse a su llegada y tener todo el protocolo activado y esperar así su llegada.
Dios se aparece a la multitud y las autoridades de la República y del municipio, desplazadas a Getafe, en un olivar en las laderas del Cerro de los Ángeles, vestido con un guardapolvo y un sombrero.
La multitud allí congregada, había llegado al lugar por ferrocarril, en coches, en autobuses, en carros, camiones y andando o por cualquier otro medio de transporte de la época.
El ferrocarril ya tenía una gran popularidad para ser utilizado en desplazamientos masivos, como fue el caso de la llegada del piloto francés Jules Vedrines a Getafe.
Las autoridades temen no poder controlar a la multitud allí congregada y deciden evacuar a la Suprema y Divina Majestad. Tras el recibimiento multitudinario y los agasajos realizados hacia El, por la multitud, Dios aparece medio desnudo, con todas las vestiduras rasgadas. Las autoridades deciden sacarlo de allí custodiado y protegido, y como pueden, rodeado de policías y guardias, consiguen llegar hasta la estación del tren.
Una vez en el tren, tratan de encontrar una vestimenta adecuada para que su Divinidad, comparezca en Madrid vestido adecuadamente ante la multitud, que le esperaba en la estación de Atocha y aledaños.
Entonces, se fijan en el revisor del tren y deciden quitarle la ropa, para vestir con su uniforme al propio Dios. Cuando llegan a Atocha, un grupo de flamencos cantaba unos fandangos acompañándose con las palmas:
«Mírale por donde viene vestido de revisor,
pero vista como vista, siempre se sabe que es Dios.
Bueno la historia da mucho de sí y no puedo relatarla en una breve crónica, pero al final de su estancia en Madrid, Dios vuelve al tren para regresar a la Casa del Padre. El revisor del tren, se dirige a El y le dice: «qué, Majestad Suprema o Divina Majestad, o como se diga, -a su llegada, muchos aplausos, muchos halagos y muchas atenciones, pero a su regreso, ni un alma ¿no?, Pero no, continuó diciendo el revisor, no lo tenga en cuenta, ni se preocupe por ello, los hombres somos así, como nos hizo su Divinidad, además, eso también le pasó a Vedrines, que después de su triunfo en la carrera aérea Madrid-Paris, regreso a París en la más absoluta soledad.
Se refería el revisor, al dirigirse a Dios, que cuando el piloto francés Vedrines llegó a Getafe procedente de París, en lo que fue la primera carrera aerea internacional que se celebraba en el mundo, entre Isy les Molineaux (París) y Getafe (Madrid).
A la llegada de Vedrines a Getafe, el 26 de mayo de 1911, le esperaron más de 25.000 personas, procedentes de Madrid y otros muchos lugares, de ahí la elección de Getafe como meta, al tener unas excelentes vías de comunicación que permitirían trasladar a Getafe a más de 25.000 personas, cuando su población era solamente de unos 4.800 habitantes.
Vedrines llegó con un día de retraso, así es, que su gloria, se desvaneció ante la ausencia de espectadores; y a su regreso a París, con su avión desmontado y transportado en un tren, tampoco tuvo una despedida notoria y merecida. Nadie fue a despedirle.
Pues bien este es el tono burlesco de la novela de Jardiel Poncela, que les recomiendo leer, si tienen la oportunidad, de hacerse con ella. Pasarán un gran rato y conocerán un poco los aconteceres de aquellos años, en los que el régimen establecido en nuestro país, era la República y lo político o religioso, tenían otras valoraciones diferentes. La novela se puede encontrar en internet, seguramente a un precio muy módico.
La novela está llena de dibujos hechos de su puño y letra y frases recurrentes imaginadas por el genio de los novelistas del humor.
He querido rendir un pequeño homenaje al gran escritor, Enrique Jardiel Poncela y a Getafe, uniendo este homenaje también al ferrocarril, al que se refiere el novelista en muchos pasajes de su genuina historia.
«La historia siempre nos marca el camino»