POR BIZÉN D’O RÍO MARTÍNEZ, CRONISTA DE LA HOYA DE HUESCA
La tradición romera de esta Comarca tiene su máxima eclosión en la estación primaveral, en ella, los vecinos de Huesca, los denominados “Siete Lugares” y el resto de la Comarca, cumplen con la costumbre heredada de sus mayores y encaminan sus pasos al Santuario de Loreto en las proximidades de la ciudad en el primero de mayo, y siete días después, los de las siete poblaciones que lo circundan: Cuarte, Banariés, Huerrios, Alerre, Chimillas, Banastás y Yéqueda.
Centro axial de la devoción Laurentina, el Santuario de Loreto, bajo la advocación del gran mártir de Occidente San Lorenzo ha sido desde el año 1100 que se tienen noticias documentadas, el lugar donde la tradición sitúa la casa de campo de los Santos Orencio y Paciencia, padres del Santo. Allí esa iglesia levantada muy tempranamente y documentándose desde el siglo XII dependía de la Real Casa Abadía de Montearagón, y a ella acudían los Caballeros Nobles de Huesca, reunidos bajo la protección del Infante de Aragón Dn. Fernando, hermano de Pedro II, constituyéndose en Cofradía de San Lorenzo en 1220.
Desde aquellos días, año tras año, los oscenses acudieron en romería, una de las más antiguas de la provincia Altoaragonesa, pero no solo para cumplir con el “Voto” que se comprometieron, sino para honrar a San Orencio, al tenerlo por especial patrono y abogado para conseguir el agua en tiempo de sequía, al ser comúnmente llamado “San Orencio Pater Pluviarum”, pues Dios le dio un gran poder sobre las nubes como a otro Elías. Por lo cual, a él acudieron con gran confianza durante siglos y siglos las gentes, para verse también libres de las plagas de “Langostas” que en ocasiones inficiona y devora sus campos.
El día 4 de enero del año 1569 en virtud de un breve de San Pio V y de Orden del Rey D. Felipe II, se extrajeron para el Real Templo de San Lorenzo del Escorial dos canillas de brazos, una de San Orencio, y otra de Santa Paciencia. Posteriormente, nueve años después, el 9 de marzo del año 1578, se trasladaron de la Iglesia de Loreto a la Catedral de Huesca por concesión de Gregorio XIII, las cabezas de San Orencio y Santa Paciencia, las que se trajeron en procesión con gran solemnidad y estaban engastadas en plata. Desde entonces, todos los años, los Cabildos Catedral y Municipal de Huesca, siguen cumpliendo su promesa, su voto, y portando las “Testas Relicarios” de estos Santos, se congregan en Loreto, cumpliendo con el rito ancestral de la “Bendición de los Términos” y siguen pidiendo protección a San Orencio, y lo hacen con la Oración que se recoge en los Breviarios y Misales antiguos de esta Diócesis, y los de Montearagon:
Oratio S. Orentii Confessoris.
Misericors et miserator, Domine Deus, qui B. Orentium Confessorem tuum, eivem et procerem Oscensem especiali dono patronum pluviae in terris constituisti; nos famulos tuos clementer exaudi, et ejus preçibus et intercessionibus supra arescentem terram imbrem fac descendere congruentem, et ariditatem nostri cordis supernae gratiae digneris rore perfundere.Per Dominus Nostris Jesús Christus
La Pandemia que estamos padeciendo nos ha privado este año del cumplimiento del “Voto”, pero desde la reclusión forzada, seguimos esperamos que un año más proteja San Orencio, las tierras, campos y gentes de La Hoya de Huesca.