POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Las golondrinas no traen la primavera. Es la primavera la que las trae. Ni uno ni muchos pasos hacen la Semana Santa. Es la Semana Santa la que saca los pasos de las iglesias. Tampoco la mañana de azul, plata y el universo de aromas de la albahaca es la que trae a Ntra. Señora de Barbaño, tan unida en Montijo al sentimiento popular. Es Ella y el Niño que nunca baja los brazos los que traen la madrugada por el camino donde se santiguan los siglos. Este año, por desgracia, por el coronavirus, no podrá ser. No habrá traslado. Pero Ella aparecerá presidiendo el retablo mayor de la iglesia de San Pedro, porque así conviene que sea. Sin peregrinar, sin hacer el camino, sin acompañarla, que tanta plenitud produce, se palpará un gran vacío. El viernes que viene será menos día, menos 28 de agosto. Aun así, Señora, estarán los recuerdos a los que amamos y se fueron, que nos inculcaron esta devoción tan antigua y hermosa, dejándonos la mejor herencia. Danos pues, Señora, remedio a nuestros males. Ayúdanos a pasar la pandemia que tanto nos aflige.