POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
En la tarde noche de ayer jueves se presentó en el templo parroquial de San Pedro Apóstol de Montijo su retablo mayor, que ha sido restaurado tras el ataque de termitas detectado en octubre de 2021. Carmen Vega y Jesús Morejón, de la empresa de restauración Ábside, han sido los encargados de recuperar el patrimonio religioso, histórico y cultural del retablo, hecho en el primer tercio del siglo XVII. Obra que acoge en su programa pictórico el apostolado completo, los cuatro evangelistas, cuatro doctores de la Iglesia, Anunciación de la Virgen María y una Sacra conversatio (Calvario).
El acto fue presentado por el párroco Pedro Gómez Serrano, que hizo un recorrido por el proceso llevado a cabo, dos años y medio, agradeciendo la aportación y ayuda económica que han aportado la Junta de Extremadura, Diputación Provincial de Badajoz, Arzobispado de Mérida-Badajoz, Parroquia de San Pedro, Caja Almendralejo, Caja Rural de Extremadura, Fundación Caja Badajoz, junto con empresas y gran número de personas.
Carmen Vega, restauradora, licenciada en Bellas Artes, especialista en Conservación-Restauración, mostró en imágenes cómo se encontraba el retablo y el proceso que se ha llevado hasta su finalización.
Tomaron también la palabra: José Javier Cano, director del Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura. Abel González Ramiro, diputado delegado de Infraestructuras, Movilidad y Ordenación del Territorio de la Diputación de Badajoz. Agustín Velázquez Jiménez, delegado episcopal de Patrimonio Cultural del Arzobispado Mérida-Badajoz. Javier Cienfuegos Pinilla, alcalde de Montijo.
Ante un numeroso auditorio y en el cierre de las intervenciones, el arzobispo de Mérida-Badajoz, Celso Morga Iruzubieta, significó el convenio que tiene la Iglesia en Extremadura con la Junta y Diputaciones, mostrando su satisfacción por haberse resuelto el problema que tenía el retablo, obra clasicista del primer tercio del siglo XVII, que contiene en su programa pictórico la totalidad del apostolado, que lo hace singular por ello, puesto que son pocos los retablos que lo tienen.
La maquinaria retablística se atribuye a la valiente mano del escultor portugués, afincado en Extremadura, Francisco Morato. Desconociéndose la autoría de la obra de pintura. Se relacionan con Morato los pintores emeritenses Cristóbal Gutiérrez, Pedro Gutiérrez Bejarano y Gonzalo Sánchez Picaldo. En los años de la construcción del crucero y la capilla mayor (1604-1605), vive y trabaja en Montijo el pintor Diego de Escorcha, su apellido pudiera estar ligado con un presunto origen italiano.