POR RICARDO GUERRA SANCHO, CRONISTA OFICIAL DE ARÉVALO (ÁVILA)

Parece que iniciamos nuestras fiestas ayer, con el pregón de Segundo Bragado, un arevalense poeta que canta las más diversas sensibilidades de nuestra ciudad, de nuestra tierra, de nuestra naturaleza. Un pregón sentido y profundo que consiguió la receptibilidad de tantos que llenamos la Plaza del Real el día que luce más bella y con su nueva imagen renovada. Buen principio para unas Ferias y Fiestas especiales, las fiestas de Credo y Las Edades. Cuantos acontecimientos juntos en una semana que anunciaron muy calurosa y se ha cumplido hasta anoche que empezó a refrescar.

Quizás la novedad más importante de estas fiestas ha sido la recuperación de la procesión con las reliquias del Santo Mártir Patrón de la Ciudad, San Victorino. Aquella iniciativa de un grupo de jóvenes y otros no tanto, se ha materializado en este acto. La Misa Mayor solemne en honor de nuestro Patrón abarrotando nuestro templo parroquial de Santo Domingo en la que el párroco Alejandro Cabreo pronunció una emotiva homilía relacionando a nuestro mártir romano que murió por su FE, con el año de la Fe y la manifestación religioso-cultural que hoy llena Arévalo de gentes y de sentimientos, en la exposición CREDO.

A continuación, esos emprendedores que formarán Cofradía en torno al Santo, sacaron en andas la urna de plata, con las reliquias del Patrón, por nuestras calles. Un itinerario precioso, pasando por la calle de San Ignacio de Loyola, recordando al fundador de la Compañía de Jesús cuando Íñigo López de Loyola era vecino de esta antigua villa, delante de los restos de la iglesia de San Nicolás, la que fue de los jesuitas y donde vinieron aquellas reliquias en 1609. Pasó ante las Casas Consistoriales pasando el Arco de la Villa para regresar a la parroquia, acompañadas por centenares de arevalenses y la Banda Municipal de Música que acompañó la procesión con bellas composiciones. Solemnidad y fervor, buen comienzo para una celebración recuperada después de más de cincuenta años…

Otro evento muy de fiestas es el concierto de la Coral La Moraña de Arévalo, esta ocasión en el Teatro Castilla, que no suena como la catedral de la sonoridad que es el templo de San Miguel, ahora ocupado con Las Edades del Hombre, pero que fue el lugar que congregó a tantos seguidores de nuestra música polifónica. Como es tradicional en este concierto, retomamos las canciones que más gustan, estrenamos otras y recordamos algunos eventos musicales. Este año se ha producido un estreno nacional de la habanera “Se va el cantar”. Resulta que el autor de la letra es mi buen amigo y compañero Cronista Apuleyo Soto en uno de nuestros encuentros me propuso la idea. La música es del maestro Pedro Nebreda, especialista en las melodías habaneras.

La promesa se cumplió y el público asistente aplaudió mucho el estreno. Gracias Apuleyo por tu propuesta… gracias Coral por poner las voces.

Por lo demás, los encierros siguen congregando a millares de personas, y las verbenas también, y mucho más el concierto de Rulo. Cuando lean estas líneas, habrá acabado la fiesta… la vida sigue y hasta el año que viene.